Page 26 - Braña
P. 26

Si decimos que el siguiente paso que encuentra el andarín es una entrada al mismo
        cielo, pensará el lector que seguimos ensimismados con los golpes de hacha de los
        laboriosos paisanos de Cuafó y el Collaín. Pero no, el claro en el bosque que ahora
        aparece, aunque la selva le vaya engullendo, abierto al cielo y saludable, como si
        presagiase ya nuestro ansiado destino, se llama así: el Vallín de la Puerte´l Cielo. Tal
        vez por ello, cuando la pista busca salvar el muro del Crestón, el escobiu, que ya
        se arrima a la roca dejando el bosque a lo profundo, se llama Vallín de Zamploñán,
        pues como nos aclara Concepción, maestro de maestros en esta ciencia un tanto
        libre de la toponimia al que seguimos, el término guarda relación con la xiblata, la
        rústica sinfonía de los vaqueros en sus cortos momentos de ocio y alegrías. Por
        vertiginosa pendiente un sendero baja al río y cruza a la majada de Cuafó, a la que
        también llaman de Cuefó o Cuefoz, por su cueva y la angostura en que se ubica.

        EL CAMÍN VIEYU
        Llegados a este punto es buen momento para rebobinar lo andado y retroceder a la
        vieja ruta que transitaron los antiguos, desde lejanos tiempos hasta la apertura del
        Crestón, casi en nuestros días: el camín vieyu. Primero una senda y después cómoda
        pista forestal que vino en auxilio del vaquero pese a que, en origen, su culminación
        estuviera seguramente ideada para el uso de los grandes prebostes de la época
        y sus escopetas -la pista de don Manuel Fraga- siendo hoy servidera por igual
        tanto para los ganaderos como para quienes se acercan a contemplar los encantos
        paisajísticos, realizar largas travesías, coronar las montañas y, por supuesto, para
        los cazadores.

        El camino de carro que llegaba al Abeyar se desviaba en la barga Les Arrielles por
        La Trapa ganando cota para dar vuelta por encima del tesu Les Arrielles y de ahí,
        por arriba del vallín de Les Fontiques, paralela y en posición superior a la pista actual
        por la ladera del picu La Roñada, bajaba más adelante a confundirse con la actual
        para finalizar en El Canalón. En el Reigáu, a la altura del actual paso canadiense, otro
        camino caía por La Felguerosa al Busmorín de la discordia. Rebasado el Canalón el
        camino se convertía en estrecho sendero que, desde la vallina de La Talanguera, por
        serpenteante cuesta, alcanzaba la muezca de La Codadiella, que así llamaron siempre
        los nativos a esta Colladiella ubicada sobre el Crestón, y descendía tendidamente
        a la Vega, por la xerra Pintacanales, el Matón y la Quemada. El trabajoso sendero,
        que los antiguos y el paso de las reses, mantenían abierto, no estaba exento de
        dificultades, era toda una infiesta sobremanera amenazante para las reses que se
        acercaban a les maedes del Argayu´l Llobu.


        VENTANA A LOS ABISMOS
        El  camino  se  encabrita  de  repente  encajado  en  la peña  para encontrarse  de
        golpe  ante otro de los puntos señalados  de la ruta, allí  donde el fotógrafo se
        luce congelando el panorama que llevará a su casa: el túnel del Crestón (1159 m.),
        ventana horadada en los farallones calizos de Pintacanales que quieren abrazar la
        fascinante formación geológica que guarda entre sus pliegues, como escamas de


                                                26
   21   22   23   24   25   26   27   28   29   30   31