Page 120 - Valdediós
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Del Reino de Asturias al Reino de León

        pueblos. El año 775 lo encontramos donando a unos clérigos-monjes un lugar
        de oración (locum orationis) llamado Lucis, probablemente una importante villa
        romana, convertida ya en un gran dominio aristocrático, para que estos levan-
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        taran allí una especie de monasterio (eclesia) : otro episodio más de la estrecha
        dependencia y complementariedad que existía entre las empresas políticas y las
        religiosas, sobre todo las de índole monástica. De ser así, la corte de Pravia su-
        pondría igualmente un hito más de esa la expansión de los jefes de Cangues
        d´Onis hacia zonas o regiones más distantes, utilizando así mismo el matrimonio
        entre magnates como instrumento para reforzar semejantes empresas.

        En realidad, Pravia constituye también una espléndida muestra del dinamismo
        del Asturorum Regnum que trataba de redondear sus dominios con las regiones
        limítrofes, y de las profundas contradicciones sociales que existían en las estruc-
        turas socio-políticas de los ástures antes de lograr una construcción política de
        naturaleza propiamente estatal . Silo y sus dos sucesores tratarían de superar,
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        con muchas dificultades ciertamente, los particularismo localistas que operaban
        en la base del proyecto final. Las noticias de las Crónicas sobre los tres reyes pra-
        vianos son muy escuetas, pero resultan bastante elocuentes . Alfonso, hijo de
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        Fruela y sobrino de Adosinda, el futuro Alfonso II, fue el elegido por la soberana
        y el grupo de magnates que le eran afines (omnes magnati palatii) para suceder a
        Silo. Pero Mauregato (783-788), de la misma parentela de Alfonso I, le “expulsó
        del reino”. Después de él fue elegido Bermudo, también de la misma familia de
        Alfonso y de Fruela , pero los acontecimientos se precipitaron:
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             “Muerto Mauregato, es elegido para el reino Bermudo...Reinó tres años. Dejó voluntariamen-
             te el reino a causa de que era diácono. A su sobrino Alfonso, al que Mauregato había expulsa-
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             do del reino, le designó como sucesor, y vivió muchos años rodeado de gran afecto...” .
        Resulta cochante que Bermudo I dejara el trono porque se acordara sin más,
        y en un momento determinado, de su condición de clérigo, el diacónado: una
        renuncia de fuerte raigambre visigoda en el trasfondo. Todo sería más fácil de
        explicar si supusiéramos que Adosinda y su sobrino no habían podido imponerse



        46. La última publicación de este venerable original escrito en minúscula visigoda: E. Saez, Colección documental del Archivo de la Catedral-
        de León (775-1230), I (775-952), León, 1987, n. 1, pp. 3-5. Cfr. también J. A. Gutiérrez González, “Las villa....”, L.c., pp.229-231, describe la
        villa de Lucis como una como una gran propiedad aristocrática tardorromana, perfectamente organizada y ordenada, propiedad de Silo:
        representante genuino de los magnates de estos siglos de transición: “Estamos en un caso de perduración -o incluso concentración y
        ampliación- de la gran propiedad y explotación señorial propia de los aristócratas terratenientes tardorromanos, de los cuales Silo parece
        ser un digno heredero. Sus bases territoriales le convierten en un magnate de primer orden, al punto de acceder al trono astur mediante
        matrimonio con Adosinda, nieta de Pelayo”(p.231).
        47. Una análisis más minucioso de toda la problemática de la corte de Pravia: Mª. Suárez Álvarez, “La monarquía asturiana...”, L.c., pp. 215
        y ss.
        48. Llama la atención que las Crónicas silencien sistemáticamente una serie de episodios de índole religiosa y cultural, que evidencian
        la sintonía de la pequeña corte de Pravia con asuntos de tan largo alcance como la controversia del Adopcionismo, las relaciones con
        influyentes personalidades del mundo carolingio y los ecos de la nueva corriente religiosa relativa a Santigo apóstol (el famoso acróstico
        dedicado a Mauregato).
        49. Bermudo, que se le conoce también con el apodo de Diácono, era hijo de Fruela, el hermano de Alfonso I.
        50. CA, , Rotense, pp. 138 y 212
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