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y Juan Blanco González (Caleao).
El día de San Juan de 1896 se inauguró el nuevo edificio, infelizmente
destruido en 1937. Se ubicaba aproximadamente en el lugar que hoy
ocupa el centro de salud. En la “Revista de Asturias” de aquel año se
relatan las celebraciones con tal motivo, los grandes festejos en el
pueblo, y describe la casa consistorial como un bonito edificio, con
elegante enrejado de hierro en su centro, dependencias para juz-
gado y cárcel a sus lados, y espacioso y lujoso salón de sesiones en
su planta alta, así como diversas habitaciones para el servicio mu-
nicipal. Es en esta década de los noventa cuando empiezan a tener
incidencia en la economía del concejo los dineros de los emigra-
dos, mejorando en buena parte, gracias a ellos, las condiciones de
vida. “Como un viejo pueblo que rejuvenece, vése a intervalos entre
sus ruinosas viviendas, parecidas a chozas de antiguo pastoreo,
el blanco edificio que se eleva alineado como nueva florescencia
que ha de constituir la moderna villa con sus plazas y calles” (Eladio
García Jove).
Entre tantas viviendas viejas y destartaladas, ya en esos años en
la capital del concejo estaban cambiando las cosas. Se construye
la casa de don Luis Arroyo en la finca de Las Huertas y la carretera
daba forma a los que sería la futura urbanización, las futura s vías:
la avenida de Raimundo Pascual, la calle de Federico Díaz Calcines
y plaza de Felipe Álvarez. Por negativa de los condes de Pimentel
a ceder el prado de Beldreu para ubicar las importantes ferias del
concejo, se trabajaba también en la expropiación de terrenos y en
la canalización de las riegas de Les Fragües y Capellín para ubicar
un nuevo recinto ferial, aunque el proyecto fue modificándose por
diversas circunstancias.
Son tiempos de ebullición, de un renacimiento de la vida casina en
el que mucho tienen que ver los americanos. Podríamos citar, como
ejemplo, la constitución de una Sociedad de Recreo presidida por el
secretario municipal Francisco Alonso Miguel, con la inauguración
el día de San Juan de 1891 de un elegante teatro en El Campu con
aforo para trescientas personas, inaugurado con la comedia en tres
actos “Premio a la nobleza del corazón” interpretada por entusias-
tas actores locales como Maximiliano Isoba, José Quintana, Manuel
Saiz, Eduardo y Constantino Lago y los hermanos Fernández Miguel.
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