Page 313 - San martín del Rey Aurelio
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montar). Lógicamente aquel paroxismo geodinámico se tradujo en un
yacimiento lleno de fenómenos que afectarían directamente al laboreo,
tanto más cuanto menos se los conocía: fallas, esterilidades, anchuro-
nes, repuelgos, diaclasas, gases, agua, etc. (volveremos sobre esto).
La citada columna de seis mil metros de alternancias de areniscas,
pizarras, calizas y capas de carbón fueron agrupadas por nuestros
primeros ingenieros-geólogos (principalmente Charles Barrois y
Luis Adaro), para una mejor comprensión, en tramos de 300 o 400
metros denominados “paquetes” que recibieron nombres propios
en función del lugar donde fueron definidos. Los paquetes propia-
mente productivos fueron nueve, siendo el más antiguo o basal el
paquete Calizas o Caleras, si bien descansa a su vez sobre otros dos:
Tendeyón y Llanón, que también albergaron algunas capas de car-
bón pero de escasa historia minera). A techo de las Calizas vienen
los paquetes que concentraron la mayoría de las explotaciones de
la cuenca. En primer lugar, el paquete Generalas, que fue bautizado
en nuestro propio concejo, concretamente en las capas que aflo-
raban en la orilla izquierda del Nalón en la curva de las Generalas
(Sotrondio). Allí aparecen repetidas por un anticlinal que se llamó
de La Florida por haber sido perfectamente definido en el túnel que
en su día abrió el Ferrocarril de Langreo en la orilla opuesta. Un
flanco del anticlinal fueron las capas que explotó la mina Sultana
(cuya bocamina vemos hoy bajo la boca NW del túnel de la As-117)
y que tiran hacia Santa Bárbara, buzando aguas arriba para formar
la Cubeta de San Mamés; y el otro flanco (o rama) fueron las capas
que pasan por la propia curva de las Generalas o del Ventilador, que
buzan aguas abajo y que forman la Cubeta de El Entrego. Digamos
como curiosidad cartográfica que la inclinación del eje del anticlinal
hace que las Generalas de una y otra rama cierren antes de llegar a
la orilla derecha del Nalón, razón por la cual no hubo allí minas hasta
que el correspondiente cabeceo contrario (ya hemos dicho que los
pliegues fueron a su vez plegados) las hizo aflorar hacia la Campeta
y Los Artos.
Las capas Generalas, por ser las de mayor profundidad estratigráfica
(entre las explotables), fueron las que más grisú adsorbieron (gas
adsorbido, que no “absorbido”), con el consiguiente peligro, espe-
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