Page 310 - San martín del Rey Aurelio

PFR Pedro Fandos Rodríguez
Geólogo

UN ATORMENTADO MAR
HULLERO A NUESTROS REYES
(Parroquia de San Martín)

Hubo un tiempo en el que el río Nalón no existía, o al menos,
científicamente hablando: no teníamos evidencia empírica de que
existiera pues lo que las viejas cartografías mostraban era un gran
río, el mayor de Asturias, que nacía en Salas y pasaba por Oviedo
para morir en Villaviciosa. Así lo representaba, por ejemplo, Do-
ménico Rossi, en su mapa de 1696 “Il Principato Delle Asturie”;
Nicolas de Fer, 1707: “Cipauté des Asturies”; Iustinum Danckerts,
1716: “Hispania”; e incluso Robert de Vaugondy, 1776: “Partie sep-
tentrionale de la Couronne de Castille”. Es curioso que cuando ya
las cartografías mostraban la costa de América casi con la mis-
ma perfección que hoy nos ofrecen los satélites, en este rincón
de Asturalia, unos irreductibles gallos mantuvieran tan oculta la
joya de la corona. En mi opinión fue una farsa intencionada del
sagaz Alfonso III, quizá el mayor estratega que nunca vio España.
Cuando las cartas de navegación eran asunto de Estado, Alfonso
el Magno pudo despistar a los vikingos en una posible toma de
Oviedo, mediante el truco de mostrarles un río navegable desde
Villaviciosa. ¡Y allí les esperaba la cenagosa ría!. El caso es que la
farsa pudo bien trocarse en error (quizá de ahí la extraña arribada
de Carlos V a Tazones), y el error, como es habitual, convertirse en
mendacidad científica.

El caso es que la farsa o el error se mantuvo invariable hasta que
una serie de patriotas decidieron ‘aparar’. Fueron Pedro González
(1740), Jacinto Avella (1761) y Tomás López (1777) quienes giraron

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