Page 307 - San martín del Rey Aurelio
P. 307

Si algo descubrí yo en la Clase calvo fue a valorar el trabajo, lo sen-
            cillo, que después cuando uno va creciendo y va madurando, va
            percibiendo que en lo pequeño está lo verdaderamente importante,
            algo que puede pasar desapercibido como la semilla más pequeña,
            está llamado a crecer y fructificar de manera insospechadas. Quizás
            necesitemos todos aprender de nuevo a valorar las cosas pequeñas
            y los pequeños gestos. Probablemente no estamos llamados a ser
            héroes, pero a todos se nos invita a vivir poniendo un poco de felici-
            dad en cada rincón de nuestro pequeño mundo diario.

            Un gesto amigable a las personas que viven a nuestro entorno, una
            sonrisa acogedora a quién está solo, una señal de cercanía a quien
            comienza a desesperar, un rayo de pequeña alegría en un corazón
            agobiado… no son cosas grandes. Son pequeñas semillas que todos
            podemos sembrar en una sociedad que ha olvidado el encanto de
            cosas sencillas y buenas.

            La Asociación de Antiguos Alumnos está realizando una gran labor
            por seguir los pasos y mantener el recuerdo del viejo Profesor Cal-
            vo, con esas charlas culturales; con esos homenajes que se rinden a
            antiguos alumnos como se hizo en su día al Doctor Enrique Martínez
            por el que siento una gran admiración, por su profesionalidad, por
            su labor investigadora, por el ejercicio de la medicina llevada con la
            máxima dignidad, y por su labor de Catedrático en la facultad de
            medicina; hoy ya está jubilado y sigue investigando. Es un claro ex-
            ponente de lo que significa la Clase Calvo para nuestra generación.
            Gracias Don Enrique por tu ejemplo, tesón y esfuerzo por llegar a
            donde llegaste, en mi tienes un auténtico admirador porque conocí
            muy de cerca tu gran valía como médico, como profesor, como com-
            pañero y como persona. Gracias a la Directiva de la Asociación por
            su labor, que no decaiga, porque Asociaciones de tipo cultural son
            muy necesarias en nuestros pueblos y para Sotrondio es un orgullo
            tener esta Asociación de antiguos Alumnos de la Clase Calvo.

            Agradecimiento final.
            Si comencé mi artículo dando las gracias, quiero terminarlo dando
            las gracias por dejarme volver por unos minutos y compartir con
            mis vecinos de Sotrondio aquellos años de mi infancia, no debería








                                               307
   302   303   304   305   306   307   308   309   310   311   312