Page 289 - San martín del Rey Aurelio
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Las minas.
Los pozos mineros más importantes, eran El Pozo Villar, Pozo Santa
Bárbara (La Cerezal) y El Sotón, todos ellos cerrados en la actuali-
dad. Existían un túneles de ventilación para la circulación del aire, en
la Generala y en otros lugares.
El carbón del pozo Villar y de Santa Bárbara, se almacenaba en una
gran tolva en el Pontón, enfrente del “Botiquín”. El traslado del car-
bón desde Santa Bárbara, se hacía en unas máquinas eléctricas que
les llamábamos “El Trole”. Normalmente, se trataban de dos máqui-
nas que se cruzaban una recta llamada”El Escubietu”, una venía car-
gada en dirección a la tolva y la otra con vagones vacíos se dirigía al
pozo Santa Bárbara a cargar el carbón.
De la gran tolva, seguía dos caminos, uno a través del puente de Los
Gallegos, por la vía habitual del ferrocarril de Gijón Laviana, llegaba
a la estación de Sotrondio y continuaba hasta el lugar de almacena-
miento. El otro camino era a través del túnel del Pontón hacia El Se-
rrallo; una vez atravesado el túnel y la carretera general de Oviedo a
Laviana, se entraba en una recta que atravesando un puente de hierro
se llegaba a La Llera, se volvía de nuevo hacia atrás, y se continuaba
por la vía situada paralelamente entre la carretera general y la barria-
da de El Serrallo, hacia el lugar de almacenamiento. A veces los va-
gones venían excesivamente cargados de carbón y se caían algunas
piedras a las vías; estaba prohibido recogerlas, pero algunos Guardias
Jurados, miraban para otro sitio mientras las recogían, eran conscien-
tes que algunas familias no les llegaba el carbón hasta final de mes.
Para evitar accidentes de tráfico, a las salidas del túnel, en El Pontón, en
la carretera de Santa Bárbara, y en El Serrallo a la carretera Oviedo Lavia-
na, existían unas señoras que le llamábamos “la Guardesa” que regulaba
el tráfico cuando atravesaba el túnel en una u otra dirección. Recuerdo
que sacaba una banderilla roja, se colocaba en medio de la carretera
y paraba el tráfico hasta que acabara de pasar el último vagón.
El color negro del río Nalón, obedecía al lavado del carbón que se
hacía en los pozos situados entre Sotrondio y Laviana. No nos po-
díamos bañar, de la gran cantidad de sedimento carbonífero que
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