Page 492 - Gamoneu

El queso Gamonéu en la historia
Caneja (1981) nos lo pone en duda, por el motivo que se trataban de datos meramente
fiscales y por tanto susceptibles de ser poco exactos.
Una fuente de información primaria esencial es el estudiar y analizar los padrones
fiscales por licencias de pastos de los MUP. A través de ellos podemos observar que el
número de pastores es realmente alto. Sin embargo, la cantidad de la cabaña ganadera
no es esencialmente proporcional a tal elevado número de vecinos que aprovechan
los pastos (y por tanto previsibles productores de queso) a modo de ejemplo, para el
año 1947, son los siguientes:
Pueblo de La Robellada: 63 vecinos titulares de licencias de pastos, con una cabaña
ganadera de 786 ovejas; 327 cabras y 226 vacas. Puede deducirse que la cantidad de
ganado por cada vecino es muy escasa. Sin embargo, desde otro punto de vista, la
inmensa mayoría de los vecinos utilizan los MUP.
En Gamonéu el conjunto de pastores o vecinos, unos 30, disponen del siguiente
ganado: Ovino 393, caprino 112 y vacuno 194 cabezas. Comparados los datos, es
el ganado ovino el cual destaca por el número de cabezas (manteniéndose en los
distintos censos por pueblos más del triple que el cabrío.
Después del punto de inflexión que supone la década de los 50 a los 60 del pasado
siglo, en 1960, tal como se razono anteriormente la población de Onís alcanzó la
máxima cantidad, continuando después un continuo y reiterado descenso.
Respecto a la cantidad o producción del Puerto, un parámetro que nos puede orientar
es la participación de los queseros en los certámenes y ferias. El conocido productor
del queso de Gamonedo y a su vez asiduo vendedor del marcado semanal de Cangas
de Onís, el finado Felipe Alonso, vecino de Cangas de Onís. En prensa La Nueva
España, entrevistaba a un vecino de Onís, en 1978.
- ¿por qué no vienen más expositores?
-Felipe Alonso: “No lo sé ciertamente, pero es verdad que seremos unas veinte familias
las que fabricamos el queso y sólo una tercera parte”.
Esta respuesta de Felipe Alonso, contextualizadas se referían a las veinte familias que
elaboraban el queso de Gamonedo en el puerto. Sin embargo, además nos refiere a
la venta directa en las casas por la familia campesina. La tradición de la venta directa
se venía ejerciendo desde mucho tiempo, fuera del circuito comercial de ferias y
mercados.
En 1974 el Gamonéu, participan del tipo Gamonéu Cangas ocho productores. Lo
harán representando al concejo de Onís, diez productores. Continúan presentándose
por subtipos, a lo que más tarde se denominó variedades
Estamos en unos años, donde la participación total de productores del queso Gamoneu,
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no llega a la veintena. Por tanto, bastante lejos de las participaciones obtenidas, en la
siguiente década. Es decir, vemos un agotamiento claro y perceptible de los pastores
elaborares de queso. Sin embargo, hasta el año 1979, no tocaría suelo la participación
tan baja: Es en ese año que menos participación de queseros hay en la feria. Cuatro de
Cangas de Onís y dos de Onís. Nunca se había visto una representación de queseros
tan baja.
En 1980, Respecto a la elaboración el queso de Gamoneu, estaría en Cangas de Onís,
en sus momentos más bajos. El reportero, Don Ramón Prada interrogaba al quesero
de Gamonedo de Cangas Artemio Asprón:
-En Gamonedo (se refiere a Gamonedo de Cangas) solo somos seis los que hacemos
queso. Uno no pudo venir (razones personales) otro se desanima porque nunca tiene
premio.
Con estas palabras de Artemio, vienen a ilustrarnos la escasa producción del
Gamonedo de Cangas.
27. LAS COMPARACIONES EN PRECIOS A LO LARGO DE LA HISTORIA.
El poeta Alfonso Camín (Gijón 1890-1982), escribía en Llanes en el año 1923, por
medio del diario “La Libertad” algunos datos importantes sobre el queso de Cabrales.
Camín que tantas veces relató poéticamente situaciones de La Robellada, pueblo de
Onís, que bien conocía por las atenciones de su amigo D. Francisco de la Vega, se
refiere al precio del Cabrales. Nos relata Camín, sobre el Cabrales, que bien puede ser
aplicable en aquellos años al Gamoneu lo siguiente:
“Los más humildes queseros tienen trazas de infanzones. En dos humildes
borricos, dos montañas de quesos. Refunfuñan los arrieros que bajaron del
puerto. Meten los quesos cuidadosamente entre helechos [del mismo modo
que se hacía en Onís con el helecho o “jelechu”] como si fueran libras de oro
cosechadas en los farallones natales. El mercado está abajo.
Alguien pregunta:
- ¿a cómo lo pagan?
- A dos reales el kilo. No vendemos.
Son dos hombres que calzan recias corizas de piel de vaca.
Alfonso Camín nos relata muy fehacientemente la realidad y el entorno socioeconómico
del productor del Cabrales. Y lo hace con la sabia maestría que le da su profundo
conocimiento de la zona de Cabrales, y como es sabido de Onís.
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