Page 69 - Valdediós
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María Isabel González García

        en sus edificios una Escuela Taller y recientemente el monasterio ha recuperado
        su condición originaria al instalarse en ella la nueva comunidad cisterciense que
        hoy lo habita.


        La azarosa historia del monasterio de Santa María de Valdediós ha provocado,
        como acabamos de mencionar, la transformación del conjunto arquitectónico
        románico en las épocas moderna y contemporánea. Estas intervenciones han
        respetado únicamente la fábrica de la iglesia, que constituye sin duda el ejemplo
        mejor conservado y de mayor calidad de la arquitectura cisterciense asturiana,
        además de centro difusor de tendencias artísticas en los templos del Románico
        de Villaviciosa, tal como constatan los estudios de E. Fernández González.


        La planta del templo se orienta canónicamente E.-W. y reproduce la disposición
        de las iglesias benedictinas. Consta de tres naves de cinco tramos, la central de
        mayor anchura que las laterales, interrumpidas por un monumental transepto
        de tres crujías que da paso a la cabecera de triple ábside semicircular escalona-
        do en planta, precedido de tramos rectos. Esta organización planimétrica la pre-
        sentan las iglesias cistercienses de Santa María de Sandoval (León) y San Martín
        de Castañeda (Zamora).

        Los cistercienses conciben el monasterio como un organismo autosuficiente,
        que debe estar perfectamente ordenado. En la arquitectura ponen en práctica
        sus teorías estéticas, dominando en ella la sencillez y la decoración muy depu-
        rada.

        Así, la nobleza de la construcción no se confía a la ornamentación abundante y
        rica sino a la utilización de la piedra, siempre cortada limpiamente en sillares re-
        gulares, y al rigor geométrico de la construcción. Este principio se observa en los
        paramentos exteriores e interiores del templo de Valdediós, frente al habitual
        dominio del sillarejo en las iglesias románicas de ámbito rural.


        Los cuatro accesos románicos que conserva actualmente la iglesia se abren en
        la fachada occidental, brazo Norte del transepto y nave lateral Sur, este último
        próximo a este brazo del crucero y elemento de comunicación de la iglesia con
        el claustro.

        El pórtico barroco adosado a los pies del templo cobija dos portadas románicas.
        La principal se abre a la nave central y consta de tres arquivoltas de medio punto
        protegidas por guardapolvo. Apoyan en columnas de fuste cilíndrico dispuestas
        entre codillos, cuyas basas áticas se elevan sobre desarrollados basamentos.


        El tímpano de sillares carece de ornamentación esculpida pero conserva vesti-


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