Page 73 - Valdediós
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María Isabel González García

        más austera que la que presenta al exterior, excepto en algunas ménsulas escul-
        pidas con máscaras expresionistas. El repertorio muestra grandes hojas a modo
        de palmas, entrelazos perlados, hojas acorazonadas, hojas de roble en el arco
        triunfal, volutas, frutos, etc... y entrelazos en los que se inscriben pequeñas cua-
        drifolias. E. Fernández González ha relacionado este repertorio con el presente
        en los templos monásticos de Sandoval y Gradefes, manifestando la repercusión
        que tuvo esta ornamentación en las iglesias del entorno de Valdediós.

        Muy probablemente el interior estaría pintado de blanco, y las ventanas cubier-
        tas de cristales translúcidos sin colorear, para conseguir un espacio dominado
        por la luz clara.

        En resumen, la iglesia de Santa María de Valdediós mantiene plenamente los
        principios de la orden: simplicidad de la ornamentación, abovedamiento com-
        pleto y limpieza en el trabajo de la piedra. Por estas razones, aunque más sen-
        cillas que las iglesias cluniacenses, las del Císter son costosas y no dan ninguna
        impresión de pobreza.

        Aunque en Valdediós el único elemento que se conserva completo de época me-
        dieval es la iglesia, perviven algunos vestigios que testimonian como en este cen-
        tro monástico se respetaba la configuración habitual de las casas de esta orden.
        El centro organizador del monasterio era el claustro. En torno a este elemento
        se disponían las restantes dependencias. Junto al brazo derecho del crucero de
        la iglesia se localizaba la pequeña sacristía, con el armarium antes mencionado,
        o depósito de libros. A su lado estaba la Sala Capitular y el locutorio, donde el
        abad escuchaba en confesión a los monjes. En el piso alto, el dormitorio comu-
        nitario; a continuación del locutorio el calefactorio, único lugar en el que estaba
        permitido encender fuego para calentarse. Por esta razón este era el lugar en
        el que se escribía. Al lado, el refectorio (comedor), y la cocina. En el flanco Oeste
        del claustro se dispondrían las dependencias de servicios. Finalmente todo el
        conjunto contaba con una red de canalización que permitía el abastecimiento
        de agua, pero también la eliminación de deshechos, debido tanto a razones prác-
        ticas como a la importancia que se daba en estos establecimientos al orden y la
        limpieza.
















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