Page 21 - Valdediós
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Guillermo Martínez Suárez
Ese pasado que sigue siendo un país extraño y que no deja de ser una construcción
humana. Pero, más allá de la mitificación, del uso y del abuso de la Historia, nada
puede oscurecer la formación y pervivencia de una estructura de poder en
torno al Reino de Asturias, en un tiempo y entorno difíciles, con entidad y hasta
con un arte propio. La lectura de ese tiempo no es incompatible con la mirada
actual, donde encontramos perfectamente mimetizadas con el territorio estas
manifestaciones artísticas, como si hubieran sido pensadas para trascender y
perdurar, para seguir desempeñando un papel en el territorio astur.
Nuestra contribución debe ir dirigida a preservar y a integrar a la vez, a poner
en valor y a difundir su significado, a conservar y a aprender que gran parte de
las cosas que no se ven, formaban parte de ese universo altomedieval que, más
allá de las fronteras, convirtió nuestra singularidad en mito, y nuestra Historia
en una vivencia compartida que fue capaz de pasar de lo local a lo global, porque
el plural de Asturias siempre pensó en que su lugar en el mundo trascendía de
fronteras, que el ensimismamiento conducía a un nihilismo inútil. La idea de un
mundo medieval fragmentado y sin conexiones se corresponde sólo en parte
con la realidad del momento.
El tiempo de la época era lento, tenía un principio y un fin, un carácter sagrado,
donde las horas canónicas se superponían a las solares, allí donde el tañido de
las campanas marcaba los ritmos diarios. La vida se movía en hitos, el tiempo
largo permanecía anclado en los ciclos agrarios. Pero Valdediós no ha quedado
anclado en el tiempo. La cabecera de ese valle próximo al pueblo de San Pedro de
Ambás se ha integrado en el devenir de los acontecimientos, pero conservando
cierto gusto de refugio y recogimiento, un simbolismo que ha permanecido
intacto hasta nuestros días. Asturias Actual ha querido ponerla de nuevo de
actualidad, enhorabuena por la iniciativa.
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