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Valdediós, Valle de Dios

nuestra época escribió: “Pensar en el sentido de la vida es orar”. Orar a Dios,
porque “creer en un Dios quiere decir comprender la pregunta sobre el sentido
la vida. Creer en Dios quiere decir que con los hechos del mundo no basta. Creer
en Dios quiere decir que la vida tiene sentido”.

El reconocido fenomenólogo del hecho religioso Martín Velasco, advierte que
esas expresiones podrían significar un intento más de secularizar, tan propio
de nuestro momento histórico, hasta la misma oración y a Dios. Pero él mismo
señala que la reflexión por el sentido del vivir puede ser un modo de oración.
Porque abordar el sentido del vivir es introducirse en el misterio, que habita en
el hombre y cuya culminación es Dios. Por ello llega a afirmar Martín Velasco:
“pensar en el sentido de la vida, pero no solo pensar, sino echar de menos ese
sentido, preguntarse por él, quejarse de su ausencia, afirmarlos y consentir a su
presencia, podrían ser otras formas, laicas, pero no por eso menos auténticas,
de oración” (Orar para vivir, pg159). Nuestra autenticidad como ser humano se
manifiesta en nuestra espiritualidad, en el sentido que buscamos para nuestro
vivir.
¿Qué pretendo con esta reflexión? Sólo que Valdediós, sea un valle de Dios,
para lo que sería necesario, que el edificio monacal esté habitado por monjes o
monjas. Será un beneficio no solo para quienes viven en su proximidad, sino para

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