Page 417 - San martín del Rey Aurelio
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americano y entonces Eban (por Abba Eban, delegado israelí ante la
ONU), que estaba enterado de que Ovidio Gondi era amigo de varios
jefes de Estado y de casi todos los ministros de Asuntos Exteriores de
dicho grupo, le ofreció un puesto como miembro de la que iba a ser
Delegación permanente de Israel en la organización internacional si
conseguía esos votos. Gondi los reunió en unas pocas horas y se con-
virtió en delegado de Israel, puesto en el que se mantendría diez años.
Golda Meir (que llegaría a ser primera ministro israelí) le apreciaba
mucho y más de una vez fue a cenar a su casa en Jackson Heights”.
Añade Blanco Tobío en ese artículo que Ovidio Gondi llegó a ser un
buen amigo de Lequerica cuando éste era embajador de España en
las Naciones Unidas. A través de él, dice, las Delegaciones española e
israelí se entendieron muy bien y en Israel se apreciaba tanto su labor
“que llegaron a prometerle que, si al fin se estableciesen relaciones
diplomáticas entre Israel y España, Gondi sería el primer embajador”.
Regreso a México.
Pero en 1961 Ovidio Gondi decidió regresar a México. Su mujer había
muerto, su hija estaba ya en la pubertad y su hijo había tenido proble-
mas en la escuela. Y en México se había ido concentrando parte de su
familia: la madre, su hermana Pacita y su hermano Virgilio. Habló con
Martín de Guzmán y éste le acogió de nuevo en “Tiempo”. Pero ya no
sería redactor-jefe, sino coordinador, y dependería solo del editor.
En esta nueva etapa profesional Gondi escribe de política internacio-
nal y de arte. Y publica libros, que siguen la estela de “Israel visto de
perfil”, que vio la luz en Estados Unidos en 1955. El ya mencionado
“Las batallas de papel en la Casa de Cristal” apareció en México en
1970. Puso un gran interés en “La Hispanidad franquista al servicio
de Hitler (1979), en el que se empeñó en demostrar, con gran acopio
de datos, que la labor en América del Instituto de Cultura Hispánica,
creación del Régimen, estuvo orientada al servicio de la diplomacia
hitleriana.
Oros libros no pasarían del original a la imprenta, como “Hollywood,
el paraíso perdido”, dedicado al maccarthysmo en la Meca del cine.
Gondi había sido amigo de varias de las víctimas del Comité de Ac-
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