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Concejo de Onís, de los
J.M.R. años 80 a hoy
J.M.R.
Justo Manzano Rodríguez
Maestro y Vicepresidente de AsturiasActual
Una vez más, ASTURIAS ACTUAL nos brinda la oportunidad de poder arribar a uno
de esos concejos asturianos que guardan la esencia de lo rural, pero que al mismo
tiempo evolucionan y se actualizan con los tiempos en que nos toca vivir. Así pues,
tenemos la ocasión de asomarnos al concejo de Onís, encajado entre bellezas paisa-
jísticas inigualables, en plenos PICOS DE EUROPA. Todo un privilegio.
Visitar y recorrer hoy el concejo de Onís tiene poco que ver con el Onís que
conocimos allá por los años 80 del siglo XX, pues es tal la transformación en todos los
sentidos que para quién no lo haya visitado desde entonces le va a resultar, cuando
menos, extraño. Sin perder su esencia rural, ha ido evolucionando hacia un concejo
moderno, con infraestructuras actualizadas y con servicios que abarcan a toda la co-
marca oriental, tales como el Consorcio para el Desarrollo Rural del Oriente de Astu-
rias o el Plan Leader y siendo también sede de la Demarcación de Origen Protegida
del Quesu Gamonéu. También es el Concejo emblemático de los Pastores de LOS
PICOS DE EUROPA, siendo estos Premio Príncipe de Asturias en 1994 por su respeto a
la Naturaleza y por regirse por las leyes seculares de sus antepasados. Otro monumen-
to Natural es la Cuevona de Avín que acoge en sus entrañas las aguas del río Güeña y
en la que se encuentra el Centro de Interpretación de la Fauna Glaciar con réplicas de
animales de esa época, destacando la del rinoceronte lanudo aparecido en la cueva de
La Peruyal y que es único en Europa. Una auténtica joya prehistórica.
Para mí, escribir sobre el concejo de Onís es retroceder 40 años en el tiempo y
situarme en los pueblos del “Cuartu Riba”, concretamente en Bobia de Abajo, Bobia de
Arriba y Demués, unidos por la Iglesia y la escuela de Buen Suceso, situadas en el alto
del mismo nombre, y que pertenecen a los tres pueblos por igual. En aquellos años,
finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado, todavía había escuelas en mu-
chos pueblos, aunque en algunos ya se empezaba a notar el descenso de niños, pues la
emigración hacia núcleos más urbanos e incluso al extranjero, empezaba a mermar la
población de muchos núcleos rurales, aunque muchos de estos emigrantes conservaban
sus viviendas y posesiones, dotándolas de modernidades impensables unos años antes.
Llegó a la escuela de Buen Suceso en el curso 1980-81, sin saber siquiera donde
estaba, pues era una zona totalmente desconocida para mí. Sabía que era una zona
rural enclavada en plenos PICOS DE EUROPA, en un municipio pequeño entre el
concejo de Cangas de Onís y el de Cabrales que vistos desde la Cuenca Minera del
Nalón ya resultaban como muy alejados y muy rurales, aunque a mí personalmente
no me impresionara, pues ya había tenido una experiencia profesional en una zona
mucho más alejada y distinta, donde la vida entre los vaqueiros fue muy enriquecedo-
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