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Guerreros que aman su
tierra
Antonio Virgili
Presidente de AsturiasActual. Periodista
Asturias Actual centra su mirada en esta ocasión en el concejo de Onís, una porción
de tierra genuinamente asturiana que linda con Llanes, Cabrales, Cangas de Onís y
con nuestros vecinos de León. Las siguientes páginas muestran la atracción de un
territorio bello y duro.
Cuando hemos hablado con José Manuel Abeledo, Alcalde de Onís, cerramos
en ese mismo momento el proyecto del concejo de Onís, me acordé de su escudo.
Tengo cierta afición a la heráldica por su simbolismo, por la concentración de men-
sajes en un espacio muy reducido. Siempre me ha llamado la atención el escudo de
Onís: en la mitad inferior vemos a Pelayo (hasta ahí nada llamativo), pero en la parte
superior vemos a una fila de guerreros que representa al pueblo armado que defen-
dió sus hogares de los invasores con éxito. Onís es tierra de guerreros, de personas
duras que viven en un entorno natural privilegiado.
Quizá por eso se conozca a Onís por la calidad de su ganadería, por la maes-
tría de sus vecinos por cuidar al ganado en la montaña porque Onís es sinónimo de
altitud, de montaña. Una montaña que, además de haber hecho más fácil su defensa
frente a los árabes (que tuvieron que seguir paso hacia Liébana), ha permitido que
Onís sea reconocida por sus pastores de Picos de Europa. Y no ya en un sentido ge-
neral sino que en 1994 los Pastores de los Picos de Europa fueron galardonados con
el Premio al Pueblo Ejemplar de la entonces Fundación Príncipe de Asturias, hacien-
do sombra a los premiados Cooperación Internacional de aquel año, Isaac Rabin y
Yaser Arafat.
Veintiséis años después de aquel acto hay casi diez personas por kilómetro
cuadrado en Onís y, aunque sean unos privilegiados, debemos concienciar de la
necesidad de recuperar la vida en estos territorios en todos sus sentidos. Nos va la
esencia de nuestra identidad en ello.
Quiero aprovechar estas líneas introductoras para agradecer a todos los co-
laboradores por su tiempo y dedicación en escribir unas líneas para este volumen.
Muchas gracias a Juan Cofiño, de quien mucho debo seguir aprendiendo, y al al-
calde, José Manuel Abeledo, por todo su apoyo. Gracias a Antonio de Luis Solar
por su sabiduría sencilla y cercana. A Diego Carcedo, siempre dispuesto. Y a Justo
Manzano, entregado totalmente a la causa de Asturias Actual. Extiendo también mi
agradecimiento como actual presidente de la asociación a Francisco José Rozada,
Carmen Vera, Eugenio Otero, Martín Martínez, Nino Rodríguez, Jesús Oliveros, José
Antonio González. Sergio Buenaventura, Manuel Capín, al sacerdote Diego Macías
y a Olaya Nevares.
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