Page 540 - San martín del Rey Aurelio
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Otro vestigio de tan magna obra es el túnel de Debaxo la Vara que
            según el proyecto del ferrocarril permitiría llegar a Lieres. Para quie-
            nes en edades pretéritas tuvimos oportunidad de jugar al fútbol en
            el campo de El Corvero era habitual ir hasta la boca de entrada de
            ese inacabado túnel para dejar allí la ropa y, llegado el caso, aprove-
            char la ocasión para quitarse el barro de encima con algo de agua.
            Y es que el terreno de juego oscilaba, según la época y el tiempo,
            entre la sequedad más absoluta y las fuertes acumulaciones de agua
            y barro que hacían imposible la práctica del fútbol.

            El caso es que el fallido ferrocarril quedaría ampliamente docu-
            mentado en diversos libros, informes y artículos, pasando además
            a formar parte de la cultura local a través de una canción tradicional
            asturiana que lleva por título “Hay una línea trazada”, grabada en
            discos de vinilo por diversos cantantes de tonada (6), entre ellos
            Fidel Díaz, nacido en la Güeria.

            El fuerte desarrollo de la industria minera permitió no obstante, otro
            ferrocarril, mucho más modesto pero de gran importancia para los
            güeriatos y vecinos limítrofes (fundamentalmente del concejo de Bi-
            menes) que trabajaban en los pozos de El Sotón y Vindoria (Maria
            Luisa), El Rápido, un trenecillo del que formaban parte una máquina
            de vapor y cuatro vagones de hierro, casi todos con techo, de apa-
            riencia frágil pero de gran eficacia para los mineros que hasta enton-
            ces se veían obligados a caminar todos los días muchos kilómetros
            desde sus casas hasta el pozo donde trabajaban (7).

            Los grandes cambios durante el siglo XX: la cultura minera.
            Queda dicho que el valle recibió un gran impulso con la industria del
            carbón y que gran parte de la mano de obra disponible en La Güeria
            y alrededores se repartía entre Minas de La Encarná, El Sotón y Ma-
            ría Luisa, explotaciones a las que se unirá a comienzos de la década
            de los cincuenta el pozo Venturo, que permanecería abierto hasta el
            año 1991.

            ¿Desapareció por ello el mundo rural ante la industrialización? Pues
            no. El trabajo en la mina en modo alguno fue obstáculo para seguir
            cuidando la huerta, tener una xata, dos gochos y una decena de








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