Page 511 - San martín del Rey Aurelio
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La ley de Murphy nos previene contra cualquier optimismo
injustificado, ya que “todo lo que va mal es susceptible de empeorar”.
En clave de humor escribió Scott Adams que, en 1.979, aún no se
habían inventado los términos reestructuración o reconversión, así
que hasta esa fecha cada persona aspiraba a crearse un nido dentro
del aparato burocrático en el que poder parasitar durante décadas.
A partir de 1.980 los directores de todo el mundo, parecieron llegar
a la misma conclusión, de que todo funcionaría mucho mejor si las
empresas emplearan a menos gente así y eso fue el amanecer de la
moda de las reconversiones.
La primera ronda de las reconversiones acabó con los puestos de
trabajo que no aportaban ningún valor añadido, con lo que las em-
presas mejoraron sus resultados y nadie tuvo que trabajar mas duro
como consecuencia de ello.
La segunda ronda fue mas dura y los empleados que quedaron tu-
vieron que trabajar mas para hacer el trabajo de los que habían sido
despedidos, pero las empresas siguieron funcionando igual, con lo
que mejoraron sus resultados y algunos creyeron que habían en-
contrado un filón. Lo cierto es que durante las tres últimas décadas,
moda obliga, no ha habido ningún plan de viabilidad que no incluye-
ra como inevitable una drástica reducción de plantilla.
Si a esto sumamos el fin de la minería del carbón y que se anuncia
el cierre de las centrales térmicas, el futuro de San Martín del Rey
Aurelio en particular, y el de Asturias en general, se presenta muy
complicado, porque se está llegado a cotas de paro difícilmente
soportables.
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