Page 14 - Virgen del Camino
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EL HOMBRE Y SU ROSTRO. RETRATO DE DOMINGO                                                        2. La alegría de Domingo

                                                                                                         Esta alegría es subrayada tanto por el beato Jordán como por Sor Cecilia:
                                                                                                         alegría de su mismo semblante, expresión, como dice el beato Jordán, de su
        Introducción. Sus retratos.                                                                      mundo interior; y que subraya también sor Cecilia. Y como el corazón alegre

        Toda reflexión sobre la vida de santo Domingo conviene que se realice                            alegra el semblante, la hilaridad y la benignidad del suyo trasparentaban la
        teniéndole presente, ante una imagen que nosotros hayamos formado en                             placidez y el equilibrio del hombre interior. Ciertamente no le faltaron motivos
        nuestra mente. Se consigue así evitar una reflexión, puede que profunda y                        en la vida a santo Domingo para turbar esa alegría. No se puede decir que
        piadosa, pero despersonalizada, que pierda de vista la persona, que nos                          su predicación hubiera sido plena de éxitos, ni que sus frailes y monjas no
        interesa. Sin esa referencia cognoscitiva nos costaría conseguir lo que es                       le dieran motivos de preocupación, que su Orden no fuera rechazada en
        intención  de  estas  reflexiones:  acercarnos  a  la  persona  de  Domingo  de                  diversos lugares. Incluso su sensibilidad le hacía reconocerse pecador y sufrir
        Guzmán, sentirle cerca para sentir el estímulo de su misma presencia.                            interiormente por su proprio pecado. Por eso, el ver que mantenía esa alegría
                                                                                                         tan manifiesta, y, por ello, tan resaltada en quienes le conocieron, constituye
        Tenemos la suerte de contar con descripciones plenamente creíbles de                             una peculiaridad relevante de su carácter.
        su perfil humano y religioso: uno debido a la sensibilidad femenina de una
        amiga suya, Sor Cecilia, monja que le conoció bien y escribió ampliamente                        3. La ecuanimidad
        sobre él, y otro a quien fue por él recibido en la Orden y luego le sucedería                    El beato Jordán de Sajonia destaca en Domingo la ecuanimidad, el equilibrio
        en el cargo de Maestro de la Orden, Jordán de Sajonia. No por proceder de                        (algo que no se observa fácilmente en su contemporáneo Francisco de Asís),
        personas que se sintieron subyugadas por la personalidad de Domingo de                           que brotaban de una profunda vida interior.  Su centro de gravedad estaba
        Guzmán merecen menos crédito.                                                                    en el interior de su ser. No era persona que le trastornaran los acontecimientos

        Un retrato siempre es el modo de ver de una persona a otra. El retrato no                        de cada momento, como cuando se vive en un equilibrio inestable. Por el
        tiene por qué ser una simple fotografía de carné. Ni debe serlo. Unos para                       contrario, lo que se desprendía de su semblante era la placidez. Sin duda
        los otros no somos simples fotografías: nos vemos a nuestro modo. El retrato                     que los frailes apreciaron ese equilibrio para que, a pesar de la insistencia del
        real es el que está en la mente de quien conoce a la persona. Porque de                          santo en dejar de ser Maestro de la Orden, le obligaran a continuar siéndolo.
        acuerdo con ese conocimiento se diseña la presencia en su vida.                                  4. El santo del abrazo
        1. Domingo seductor                                                                              La leyenda habla del encuentro entre santo Domingo y san Francisco. Es

        Domingo es hombre que emerge de la seca y árida Castilla. Conocer                                verosímil, aunque no haya comprobación histórica. Lo importante es que
        Caleruega es esperar ver en Domingo el curtido labrador, o aguerrido                             quienes  le  conocieron  y  se impregnaron  de su  estilo de  vida  vieron  algo
        guerrero, de principios claros, de honradez a cualquier precio, de mirada                        lógico el abrazo entre los dos patriarcas. Veían en ellos hombres de abrazo.
        clara y franqueza en el hablar. Es un retrato tópico de lo mejor de un                           En el retablo de la iglesia Santo Domingo de Oviedo está expresado en
        castellano. Por eso nos sorprende el retrato que hace de él la Beata Cecilia.                    un imponente grupo escultórico dicho abrazo. Son muchos los testigos de
        Físicamente, “el color bermejo de sus cabellos y barba suavemente rubios”,                       canonización y otros biógrafos que en santo Domingo destacan el cariño que
        no corresponde a la descripción que se puede espera de un hombre de                              tenía a los religiosos de otras órdenes. Hay que subrayar no sólo su fidelidad
        la meseta. Pero es su psicología lo más peculiar: su carácter alborozado y                       a la Iglesia, fidelidad que se realiza en el intento de reformar y dar nuevo
        risueño; su capacidad de seducción, que conducía no tanto a sus ideas                            impulso a la predicación, sino también esas relaciones cordiales con otros
        como a su amor y respeto. También el beato Jordán habla de su poder de                           miembros significados de la Iglesia.  Santo Domingo fundó una Orden, no
        atracción. Él mismo lo experimentó. Poder de atracción que lo cifra en gran                      una secta. No necesitaba cerrarse en sí misma, dedicar tiempo a defenderse
        parte en la alegría que brotaba de él, en su rostro risueño. Dice así el beato                   o a valorarse frente a otras instancias, sino abrazarse a ellas, colaborar con
        Jordán: Y como la alegría brillase siempre en su cara, fiel testimonio de su                     ellas, mantener cordiales relaciones entre los miembros de distintas órdenes
        buena conciencia…con ella se atraía fácilmente el afecto de todos; cuantos                       o  grupos  de  Iglesia.  La  historia  nos  dice  que  es  necesario  destacar  este
        le miraban quedaban de él prendados.                                                             hecho porque más de una vez han surgido entre los institutos, movimientos,


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