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Asturias, Covadonga y su entorno natural
prelados ovetenses: restaurar la Santa Cue- der eso que se llamó Partido li-
va, levantar un templo digno, reorganizar la beral, con Sagasta a la cabeza,
vida capitular y relanzar la misión espiritual estaba en su apogeo el tan risi-
de Santuario para que proyectase su luz so- ble movimiento anticlerical de
bre toda la Iglesia asturiana y el resto de la
nación. Objetivos que sumados constituyen Canalejas y Electra, y debió de
un ambicioso programa pastoral, desarrolla- resultar sumamente peligroso
do con profundo tesón en tiempos intensos, a nuestros excelsos gobernan-
pero nada fáciles para la Iglesia, como fueron tes ir en tales circunstancias a
los años del Syllabus, la Quanta cura, el Covadonga para asistir a la in-
concilio Vaticano I y la pérdida de la sobera-
auguración de un monumento
que conmemoraba la victoria
de los clericales del siglo VIII. Y
no sólo estuvieron ausentes en
tan memorable acto nuestros
gobernantes, sino que imitando
al gran Agamenón, “que desde
lejos manda”, sin necesidad
de personarse donde siempre
estarían fuera de su sitio, die-
ron cuenta de sí muy elocuente-
nía temporal de los papas. Sucesos eclesiales mente en tales fiestas”.
de resonancia universal - cuyos ecos llega-
ban también a Asturias- presentándonos a la
Iglesia en duro pulso con la ciencia, el pen-
samiento moderno y el sistema político libe- Ambiente de indiferencia gubernamental sa-
ral. Por otra parte, tampoco eran nada fáciles zonado además por la polémica suscitada con
los tiempos en la vida eclesiástica nacional y el alcalde de Cangas de Onís y el Gobernador
diocesana como se puso de manifiesto en el de Oviedo sobre la instalación de tabernas en
ambiente que rodeó la memorable fecha de la la explanada de la Basílica el día de su inau-
consagración de la Basílica de Covadonga en guración, prohibidas por el prelado como con-
1901, tal como nos lo describe don Maximilia- trarias al recogimiento y religiosidad del lugar
no Arboleya, prestigioso presbítero asturiano y del histórico evento, pero autorizadas por
y destacada figura del catolicismo social espa- los gobernantes.
ñol, señalando:
En aquellas difíciles circunstancias políticas,
sociales y económicas que agitaron la vida es-
pañola en el último tercio del s. XIX, al obis-
“En cuanto al elemento oficial, po Sanz y Forés corresponde el mérito de la
bastará decir que brilló por restauración de la Cueva con la construcción
su ausencia, lo que se explica de una pequeña capilla o Camarín y el ini-
cio de las obras de un templo monumental
bien, pues se hallaba en el po- en lugar más apropiado que el seleccionado
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