Page 29 - Asturias, Covadonga y su entorno natural
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REAL SITIO DE COVADONGA Covadonga
progresivamente iban sepultando al Santua- sitio sentimos honda pena y
rio. Sólo el año 1851, fecha del llamado Con- con el corazón oprimido excla-
cordato Isabelino que puso fin a las difíciles mamos una y otra vez: ¿Esto es
relaciones entre la Iglesia y el Estado, mar- Covadonga? ¿A ello ha quedado
có el punto de arranque de una nueva etapa
en la historia del Santuario. Etapa en la que reducida la cuna de la restau-
Covadonga alcanzará su máximo desarrollo y ración de España? ¿Esto es lo
esplendor gracias a la entusiasta y tenaz di- que recuerda los grandes bene-
rección de dos relevantes obispos ovetenses: ficios de la Madre de Dios a los
don Benito Sanz y Forés y Fray Ramón Mar- hijos de su nación querida y los
tínez Vigil.
gloriosos triunfos de aquellos
El artículo 21 del texto concordado mante- héroes de nuestra historia? Las
nía a Covadonga en el status jurídico de Co- lágrimas asomaron a nuestros
legiata –pasando a ser una de las cinco que ojos y sentimos nacer en el cora-
pervivirían en toda España y la única en As-
turias-; el artículo 13 conservaba a los abades zón el deseo ardiente de reparar
en el uso del título de dignidad de la catedral las ruinas de la Casa de Dios y
ovetense. Pero, además, el concordato - y de María, y de levantar un mo-
esto será lo más relevante para el futuro del numento digno de Covadonga”.
Santuario- anulaba a estas colegiatas cual-
quier “exención” de la jurisdicción ordinaria Profundamente impresionado por el deplora-
eclesiástica, poniéndolas bajo la exclusiva ble estado material del Santuario, en notable
e inmediata autoridad del obispo diocesano. contraste con la alta significación que había
Amparados en ello, los obispos ovetenses asu- tenido en la historia de España, animado
mieron de manera plena sus funciones en la por aquella devoción mariana que, alentada
dirección del Santuario. por los sumos pontífices con declaraciones
dogmáticas como la contenida en la bula
En cuanto al panorama que ofrecía Covadon- Ineffabilis Deus de Pío IX, recorría Europa,
ga en la segunda mitad del siglo XIX hay que levantando santuarios como el de La Salette
decir que era verdaderamente desolador. La o Lourdes, y plenamente convencido de la im-
pobreza seguía siendo uno de sus mayores portancia que en Covadonga adquiría la estre-
males, al que se añadían otros problemas re- cha unión entre Fe y Patria, se propuso Sanz
lacionados con la vida capitular y la situación y Forés dar al Santuario asturiano la dignidad
material de la Colegiata de San Fernando y que a su juicio se merecía. Con este propósito
de la Sta. Cueva, prácticamente abando- buscó el alto refrendo pontificio, obteniendo
nada desde el incendio. Así se comprende del Papa en 1873 tres importantes concesio-
la viva impresión que causó al obispo Sanz nes: un Oficio y misa propios de la Virgen de
y Forés en 1872, con ocasión de su prime- Covadonga, que la festividad tuviese como
ra visita al Santuario, como él mismo mani- día propio el 9 de Septiembre y el que los fie-
festaba en carta pastoral a sus diocesanos: les que acudiesen al Santuario en esa fecha o
su octava, si confesaban y comulgaban, obtu-
“Os confesamos, amados en el viesen la Indulgencia Plenaria.
Señor, que cuando por vez pri- A partir de esta fecha, fueron cuatro los ob-
mera visitamos este venerado jetivos que sobre Covadonga se marcaron los
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