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Mayada casina
Fotografía: José Ramón Suárez Calvo
Existía otro tipo de comuña en la que el propietario y el comunero
iban a medias en las crías. En el caso de que vendieran alguna vaca
durante este tiempo, el dinero que se obtenía de la venta era para el
dueño y la comuña continuaba a medias con las crías. A diferencia
del tipo anterior, aquí no se hacía una valoración del ganado.
Otra costumbre muy arraigada era la “vecera” que consistía en que
los vecinos juntaban su ganado, generalmente ovino o caprino, en-
cargándose uno de los propietarios de su cuidado. Éste se ocupaba
de tocar la campana y todos los ganaderos acudían con sus reses.
A cada vecino le asignaban un número de días como cuidador, en
función de la cantidad de cabezas que aportara. El encargado de su
cuidado se llevaba todo el ganado a un pasto común, donde per-
manecían durante todo el día.
Para terminar con las tradiciones relacionadas con el ganado, cabe
citar la costumbre de llevarse los cerdos a la majada, donde per-
manecían durante todo el verano.
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