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nización de su espacio y los usos tradicionales del suelo que le han
dado forma hasta nuestros días.

Bellmunt y Canella lo destacaban como su primer rasgo y mencio-
naban a Caso como el “confín de Asturias” antes incluso de haberlo
visitado, corroborando luego sobre el terreno que “sus laderas de
roca bravía y desnuda parecen con sugestivo parecido, palacios
encantados que aún habita el rey moro”. Este terreno “siluriano, cali-
zo y cuarcítico” despertó el interés de los autores a este “antiquísimo
y muy noble” concejo. Una impresión similar es la que nos transmite
Juan Antonio Cabezas cuando habla del concejo “formado de pe-
queños valles aprisionados por farragosos y casi inaccesibles ple-
gamientos de calizas escultóricas, cuyas acumulaciones forman las
sierras y cordales, extensas ramificaciones de caliza de la alta cor-
dillera”.

Como Tim Marshall nos recuerda, la Geografía condiciona gran
parte del desarrollo de los pueblos. Las mismas montañas que dan
valor y ejercen de fuerte atractivo turístico y ambiental, han cons-
tituido una tradicional desventaja y un factor de desigualdad -no
hay factor que más desigualdad aporte que el espacio-. Las fuer-
tes pendientes, característica compartida en menor grado por el
conjunto regional, limitan el aprovechamiento de los usos de la tie-
rra y condicionan las comunicaciones. A ese elemento adverso, por
ejemplo, a esa diferencia de más de 1.000 metros de altitud en poco
más de treinta kilómetros para cruzar el puerto de Tarna, han tenido
que hacer frente sus moradores, en tiempos sin duda de mayores
dificultades que las actuales.

El paisaje de Caso es el resultado de un proceso de sedimentación
continua. La mejor manifestación del modo de vida y organización
social y cultural de un pueblo. La interpretación del paisaje de Caso
permite conocer una parte imprescindible de la historia de Asturias,
el aprovechamiento de los valles del Caleao, el Orlé y el Nalón ofre-
cen un buen estrato de nuestra historia reciente.

El espacio heredado que ha llegado hasta nuestros días tienen la
ventaja de poder observar la organización tradicional de espacio
rural asturiano, mostrándonos un paisaje rural original, que permi-
te interpretar la evolución de actividades económicas, usos socia-

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