Page 25 - CASO
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calma el dolor que produce la lejanía de la tierra- la construcción
física e inmaterial de espacios que permitían y permiten tener siem-
pre presente a un territorio que nunca olvidan, el suyo. La emigra-
ción asturiana y casina es una gesta individual y colectiva. Caso se
prolonga así al exterior como si no fuera suficiente su extensión, su
imponente montaña, y el carácter de sus gentes, trascendiendo así
de sus límites físicos.
Un espíritu casín que ha dejado impronta y está presente en la emi-
gración asturiana; de hecho, el liderazgo de muchos de sus hijos e
hijas se extiende por nuestras numerosas colectividades. Es lo que
ha caracterizado a nuestra emigración, su singular forma de orga-
nización: la creación de Sociedades de Beneficencia, Mutualidades,
Casas y Centros asturianos. Todas ellas, verdaderas “Instituciones”
capaces de organizar la solidaridad entre los ya asentados, de pre-
parar la llegada de los que aún estaban por venir, y de estructurar,
conservar y poner en práctica -y también en salvaguardia- las ma-
nifestaciones culturales, deportivas y sociales propias de la Comuni-
dad y el pueblo de origen. Así, hoy preside la emblemática institución
del Centro Asturiano de Buenos Aires el Casín Juan Manuel Posada, y
aunque ya no está entre nosotros, se echa de menos encontrar en
uno de los salones de este centro a la también casina Elena Posada.
Ambos muestra de compromiso y buen hacer, en momentos difíci-
les para nuestras colectividades en el exterior.
El polifacético Jacques Attali opina que la finalidad de la acción co-
lectiva está en preservar nuestros valores y organizar la solidaridad.
Fue lo que muchos asturianos y muchos casinos gestaron en el ex-
terior creando redes de solidaridad que han llegado hasta nuestros
días.
Unos días en los que conviene recordar que el genio del lugar, el
genius loci, sólo pertenece a aquellos pueblos que son capaces de
trasmitir originalidad, identidad, talento y compromiso. Una serie de
características que hacen único a un lugar, y que lejos de desapa-
recer con el paso del tiempo, se refuerza y se hace perenne. Ese es
el espíritu de Caso. El mismo que hace sentirse cómodos a los que
no son de aquí, y que admiran la capacidad de unión y de voluntad
para seguir avanzando. Cuando hay voluntad, hambre de futuro, y
sentido de comunidad es posible convertir todos los condicionantes
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