Page 525 - Valdediós
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modelos propios de la Alta Edad Media, lo que hace suponer su reutilización
        de un edificio prerrománico a la nueva iglesia, muy probable de la desaparecida
        capilla de San Clemente, situada en Amandi, según testamento de Ordoño I:
        In Malibio (Maliayo) territorio ecclesiam Sancti Clementis, inter duos amnes Rego y
        Rozavinionem, hoy con los nombres de río Viacaba o de Viñón, y río Sotu o de
        Obaya, o que se utilizaran las del antiguo monasterio que da nombre al islote en
        la ría perteneciente a la parroquia de San Martín del Mar, construcción religiosa
        levantada presumiblemente entre los siglos VIII-IX.

        La fachada occidental es la más sorprendente y donde mejor quedan
        representados los ejemplos del momento de transición de románico al gótico
        como nuevo estilo artístico y arquitectónico. Un cuerpo saliente de la fachada,
        rematado a dos aguas y dos columnas en las aristas que descansan sobre
        un machón de piedra de sillería en las esquinas del cuerpo del resalte con
        capiteles sencillos, sustentan la monumental portada y un rosetón de tracerías
        vegetales. Desde el punto de vista estructural, en todo este frontal es donde
        mejor se evidencia, el momento de transición en el que fue levantado el templo
        y la incidencia del nuevo estilo y su tendencia a la verticalidad. La portada, de
        cierto abocinamiento, la componen una tracería en arcos ojivales, desarrollado
        por cuatro arquivoltas, envueltas por un guardapolvo que descansan sobre las
        correspondientes columnas acodilladas a cada lado, que enmarcan una escultura
        colgante en la zona de la clave, que representa una Virgen sedente con el Niño
        sobre las rodillas, Virgen de Majestad, Sedes Sapientiae, el efecto de estar
        suspendida en el aire nos sugiere como viene a nosotros en Verbo encarnado.
        Para la decoración de las arquivoltas, el guardapolvo y las impostas se recurrió a
        diseños de boceles, zigzags y tetrapétalas. La arquivolta interior se realza con un
        trilóbulo calado con dos círculos. Los fustes de las ocho columnas sobre los que
        descansan las arquivoltas, están decorados con motivos de cuadrifolias, motivos
        vegetales,  parejas de aves, ajedrezado  y entrelazados  geométricos,  sobre
        ellos, utilizando una tipología de estatua columna, se ubican esculturas en alto
        relieve, elevadas sobre peanas, de distinto tamaño, pequeñas en proporción a la
        columna, en muy mal estado  de conservación por la ya mencionada  destrucción
        del templo en la contienda civil del 36, interpretada aquí, ingenua y libremente
        por algún taller local.  Por documentación anterior al destrozo de las imágenes,
        podemos conocer cómo eran estas y algunos de los atributos que portaban,
        así se han podido identificar algunas de ellas, por la izquierda, en primer lugar,
        con la palma, la corona del martirio y lo que parece unas tenazas con un molar
        que sujeta con su mano, recientemente se ha sugerido como Santa Apolonia.
        La segunda imagen, aunque propuesta como San Ildefonso, pero por el cáliz o
        vaso roto que lleva en la mano, el hábito, cruz pectoral, báculo y la mitra abacial,
        hace suponer que se trata de San Benito. En la tercera y siguiente columna es
        el arcángel Gabriel anunciando la Buena Nueva a la virgen María representada


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