Page 527 - Valdediós
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madera, de paredes encaladas en casi su totalidad, destacan el arco de triunfo
        que da paso al presbiterio, los arcosolios apuntados de los enterramientos en el
        muro norte, y los tres del muro sur iguales a los anteriores. Se abre al exterior por
        las tres puertas comentadas y los ocho ventanales y dos rosetones ya descritos.
        Dispone de una tribuna o coro de madera que sigue las trazas populares de la
        zona, y un suelo pavimentado de caliza, destruido durante la última contienda
        nacional por la construcción de un refugio, siendo de arenisca el suelo del ábside
        y el del acceso principal, único original, el resto, es todo de la reconstrucción en
        los años 50 del pasado siglo.
        El acceso al presbiterio se hace a través de un arco triunfal realzado por una
        moldura abocelada, con dos arquivoltas apuntadas que apoyan sobre dos
        columnas de fustes y capiteles poligonales y sin decoración.
        El primer tramo de la cabecera se cubre con una bóveda de cañón ligeramente
        apuntada, que refuerza un arco fajón con decoración en zigzag, que sirve de
        separación del segundo tramo y que descansa sobre dos columnas de fustes
        poligonales, que presentan capiteles con monos y felinos, cuadrúpedos de
        cuerpos simétricos y máscaras antropomorfas.
        El segundo tramo del ábside, una línea de imposta recorre los muros, en cuyos
        ángulos se disponen ménsulas en forma de máscaras que alargan sus brazos para
        sujetar los nervios de la cubierta o se tapan la boca de la que salen serpientes. La
        bóveda de crucería y sus nervios se cruzan en una clave circular.
        El altar, obra de la restauración tras la guerra civil, dispone como pie central una
        réplica del antiguo capitel, cuyo original se conserva en el claustro de la catedral
        de Oviedo.
        En el altar original, no se lucía ningún retablo y solamente figuraba, colocada
        debajo de la ventana, sobre una columna de piedra, una gran estatua de la Virgen
        que tiene sentado al Niño sobre el brazo izquierdo y una flor en la otra mano.
        Allí estuvo hasta que en año 1736 se cambió de sitio, y en 1936 fue destruida.
        Esta imagen, de mármol blanco, es la que da nombre a la parroquia, conocida
        con el nombre de Santa María del Conceyu, cuya festividad se celebraba el 25
        de marzo con una feria que duraba quince días. La imagen era de tamaño algo
        mayor que el natural, estaba de pie, cubría la cabeza con un velo y una corona,
        vestía ropas de reina, en algún tiempo le pusieron ojos de cristal y miraba al
        espectador para dar idea de intercesión a quien la rezaba o pedía ayuda. El niño,
        plenamente consciente de su divinidad sostenía el libro abierto de las Sagradas
        Escrituras,  la  Virgen  con  su  mano  derecha  le  presenta  una  flor,  una  rosa.  La
        expansión en la época de la construcción de la iglesia del culto a María hace que
        la nueva Villa, como en otras muchas poblaciones, manden tallar su virgen a la
        que suelen designar con una advocación local, en Villaviciosa se la denomina
        Virgen del Conceyu, por ser la iglesia y su cabildo el lugar en que se desempeñó,
        como ya se ha mencionado, la función de primer Ayuntamiento.
        Se desconoce el artista o taller que la creó, los talleres de artistas románicos se


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