Page 322 - San martín del Rey Aurelio
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etapa de 226 años de explotaciones (a caballo entre 4 siglos, desde
que a finales del s XVIII se exploraron las capas de las Reales Minas
del Nalón, pasando por la generalización de las minas en el s XIX, la
etapa de los pozos en el s XX y la clausura de todo en este s XXI), la
pregunta, digo, es si queda aún carbón para una hipotética Odisea
XXII que pretenda el retorno a la piedra más mágica de la naturaleza
(quién sabe si en busca del grafeno, con el que coqueteó en los años
1960 nuestro Instituto del Carbón).
Un diagrama vertical por el valle del Nalón, nos permite una contun-
dente respuesta que pasamos a razonar brevemente: Consideran-
do que la cota media del río se sitúa en +240 m y que los pozos se
profundizaron una media de 600 m, eso sitúa las explotaciones más
profundas a la cota -360 m, digamos -400 para redondeo y mayor
seguridad. Si algún día se pretendiera perforar un pozo, habría que
dejar un buen macizo de protección para aislar el enorme acuífero en
que se convirtieron las antiguas explotaciones. Es más, dejemos un
super-macizo hasta la cota -500. ¿Quedaría aún carbón más abajo? Si
la geometría no engaña y los sinclinales de Sama y El Entrego no ha-
cen un inimaginable cierre súbito y plano, el paquete Sotón tendría un
fondo de barco a -2.500 m, el paquete Mª Luisa a -3.000 y el paquete
Generalas a -3.500. Es decir, por debajo de la franja explotada que-
darían reservas (no entro en la semántica de reservas o recursos) 4 o
5 veces superiores a todos los deshulles habidos en toda nuestra his-
toria. Así pues, el reservorio hullero del Nalón, que siempre fue el mayor
de Asturias y por ende el mayor de España, seguirá siéndolo en el futuro.
La pregunta final, en el debate a tumba abierta que debemos a nues-
tras deprimidas cuencas, es si tan enormes profundidades son técni-
camente explotables. Pozos de más de mil metros de profundidad los
hubo desde el siglo XIX en otros yacimientos del mundo. El chip men-
tal ya está cambiando desde la sociedad del subsidio a la sociedad de
la subsidiaridad. En paralelo, vemos cómo avanza imparable la tecno-
logía, pero zapatero a tus zapatos... ¡paso pregunta a otros técnicos!
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