Page 18 - Ribadedeva
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Ribadedeva, Asturias en

              DC                  estado puro





                                  Diego Carcedo
                                  Periodista



               adie que viaje por la autopista del Cantábrico con ánimo de conocer cuando deja a su
          Npaso tiene perdón si no se detiene unas horas en Ribadedeva, el concejo asturiano donde
          se conjugan todos los intereses. Ribadedeva es la puerta del Principado cuando se entra desde
          Europa y un lugar donde se puede disfrutar de Asturias en su estado más puro. Entre el mar y
          la montaña, que casi se funden en un paisaje único, el viajero se moverá de sorpresa en sorpresa
          y disfrutará, en un ambiente de contrastes que empiezan en la prehistoria y acaban en abun-
          dantes muestras de cultura y modernidad.

          Tras cruzar la ría de Tina Mayor y darse un baño en la playa de La Franca, donde la espuma de
          las olas se confunde con el verdor exuberante del entorno natural, el paisaje se enriquece con
          la imagen bucólica del medio rural, con pequeños núcleos de población donde la arquitectura
          tradicional y el ambiente agrícola y ganadero resalta con las flores y plantas que los convierte en
          jardines que forman parte de la tradición delas familias. Sus nombres perduran en el recuerdo
          de quienes los disfrutaron: Boquerizo, Noriega, Villanueva, Andinas, Pimiango… Cada uno
          con su encanto y sus atractivos variados.

          Pueblos acogedores, hospitalarios, con sus iglesias y sus tradiciones impregnadas del folklore
          ancestral y auténtico. Pero Ribadedeva no es sólo encanto rural y belleza natural. Antes de
          llegar a la capital, Colombres, una villa con un especial atractivo para la curiosidad de los foras-
          teros, hay que remontarse muchos siglos atrás e incorporar a la visita un recuerdo cultural del
          pasado más remoto, y visitar las cuevas prehistóricas de Mazaculos y, especialmente, la de "El
          Pindal", con el tesoro de sus pinturas rupestres, patrimonio de la humanidad.


          Colombres es una villa sugerente donde el urbanismo en el que se combina lo tradicional con la
          modernidad y donde impresiona el orden, la limpieza y el cuidado de sus plazas y calles enga-
          lanadas con geranios que tanto invitan a pasear y, a menudo, a disfrutar de ese encanto único,
          apenas descubierto por los turistas, que es el “orbayu”, la lluvia suave y pulverizada asturiana
          que oxigena el espíritu e invita a la reflexión.


          En Colombres los servicios de hostelería proporcionan al visitante alojamiento confortable y
          asequible para descantar y revivir las emociones del viaje junto a una gastronomía para repo-
          nerse del esfuerzo del viaje y disfrutar de la cocina tradicional complementada con destellos
          interesantes de la nueva. En pocos lugares la conjunción de los productos del campo, las ver-
          duras y las legumbres, la carne del ganado criado en sus prados y alimentado en los mejores de
          la sierra del Cuera junto al pescado y el marisco recién capturado en aquellas costas, ofrecerán

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