Page 22 - Ribadedeva
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ING                  Apuntes sobre Ribadedeva





                                  Íñigo Noriega Gómez
                                  Periodista



             l retrato de Ribadedeva requiere, en primer lugar, una visión de conjunto. Qué mejor para
         Eobtenerla que imaginarnos sobrevolando el territorio del concejo. Enseguida tendríamos clara
          su ubicación entre el mar y la montaña, y no solo por la gran masa de agua del Cantábrico, sino
          también por esas otras aguas de menor volumen que definen sus límites. Como si se tratase de una
          cantinela escolar, de aquellas retahílas destinadas a retener listados, sagas regias o vocabulario en la
          memoria de los niños, recitaríamos:

                              "Ribadedeva linda al Norte con el mar Cantábrico,
                                   al Este con el río Deva y Tina Mayor,
                                   al Oeste, con el río Cabra y la Franca,
                                 y al Sur, con las estribaciones de El Cuera."


          Así, los accidentes geográficos que delimitan el territorio del municipio estarían bien impresos en su
          denominación. Deva, la divinidad acuática, aporta el carácter simbólico del nombre. El agua fluye
          desde la cordillera lejana y las sierras próximas hasta los ríos, que se abren en majestuosa ensenada y
          en espléndido arenal, a este y oeste, el primero de los cuales, el Deva, Cares cauce arriba, da nombre
          al municipio ribereño: Ribadedeva: la ría, o ribera del Deva, o arriba del Deva, y su gran estuario,
          Tinamayor, que también hace de límite entre las provincias y comunidades de Asturias y Cantabria.

          La villa de Colombres está situada en lo alto y en el aproximado centro geográfico, desde donde vi-
          gila el concejo. A su alrededor, parroquias y poblaciones unidas por serpenteantes caleyas como cor-
          dones umbilicales que parten o llegan de la original plaza hundida dedicada a Manuel Ibáñez, que
          puede considerarse, sin temor a errar en demasía, uno de los ejes en torno a los que gira Ribadedeva.


          Bustio, avanzadilla al nivel del mar, con su puerto en contacto con la ensenada, y en estrecha comu-
          nicación con la inmediata Unquera, de la que solo la separa el paso de una región a otra en mitad del
          puente que se cruza en cuatro zancadas. Por cierto, allí sigue el mojón que lo indica, con sus flechas
          enfrentadas y dos leyendas: Provincia de Santander, Provincia de Oviedo.


          El Peral y La Franca, en paralelo a la costa, cuidan la carretera y la autovía y nos conducen hasta la
          hermosísima playa de La Franca que, con el río Cabra, hace de frontera con el vecino Llanes.


          Pimiango, dueño de leyendas y sucesos dignos de un macondo astur, sube por los acantilados en el
          extremo norte.



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