Page 214 - Peñamellera Alta
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Los bolos asturianos alcanzan su mayor gesta desde que son un hecho deportivo. Momen-
                 tos después la organización del campeonato a través de la megafonía de la bolera felicita
                 públicamente a la delegación federativa asturiana formada por el presidente Sr. Villamil,
                 el jefe de competiciones, Sr. Poloncio, y el tesorero Sr. Barrutia. Un abrazo entre Linares
                 y Benito sella el mejor espíritu de un deporte que presume de tener galones de nobleza y
                 caballerosidad. Benito es fotografiado con los bolos entre los brazos en un gesto de poder
                 y humildad. Acto seguido recibe la copa de campeón. Diferentes grupos de aficionados as-
                 turianos y compañeros de peñas cántabras lo pasean a hombros por la bolera trasladando al
                 “corro” una estampa más taurina que Bolística. Muchos más dijeron haber estado allí. Yo
                 no estuve; pero sí; Juan Sánchez, que infla el fuelle de la gaita para que los sones, con olor
                 y sabor asturiano, subrayen en el corazón de Santander la gesta de Benito.


                 Los titulares de la prensa cántabra del día siguiente no podían ser más elocuentes: “Un
                 rapaz asturiano se proclama, por primera vez en la historia de los bolos, campeón de Es-
                 paña”. A partir de esta fecha los medios cántabros que cubrían la información de este cam-
                 peonato empezarán a llamar a Benito “El Rapaz de Alles”. Yo no sé si por admiración o
                 cariño o por ambas cosas a la vez desde entonces Benito para la prensa y muchos, muchos
                 aficionados y simpatizantes, será para siempre: “El Rapaz de Alles”


                 Los enviados de la prensa asturiana al campeonato hablan de la mejor bolera del mundo
                 que han visto en su vida escribiendo de este deporte y de la mayor multitud jamás reunida
                 en una bolera (4000 personas) y subrayan con gran protagonismo el triunfo histórico de
                 Benito.




































                                    Benito junto a un grupo de aficionados asturianos.
                                         Plaza de Las Estaciones, Santander, 1966.
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