Page 209 - Peñamellera Alta
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y fiesta, por nuestro llorado Gaiteru de Llonín, Pancho Galán Trespalacios.
Nada más agradable que reproducir la felicidad de nuestros antepasados, cuando, tras ven-
cidos por el cansancio la víspera, una amanecida por fin apuntaba distinta: un traje plancha-
do y camisa blanca percheando la silla del dormitorio y el sahumerio de la cocina aromati-
zando la solana de arroz con leche y canela, mientras en la calle, junto a la bolera, bajo el
campanario, la gaita marcaba la sonrisa de la vida en rostros de mozos y ancianos al compás
del xiringüelu.
De esta manera se ponía contrapunto a dolores, fatigas y quebrantos del duro pan de cada
día.
De esta manera se llegaba también a la conclusión de que en aquellos difíciles años de
penurias y ausencias había tregua para alegrías y sueños que despejaran y levantaran las
nieblas del Cuera.
Y era precisamente, cuando entraba en escena y acción un artista, para poner fondo a la
esperanza: Pancho.
Pancho era el encargado de marcar ritmo a la existencia y de esa manera poder razonar la
eterna discusión del gozo y la sombra en el caminar cultural del hombre por Peñamellera.
Pues bien, hoy, seguimos haciéndonos eco de gratitud y recuerdo, por la mano que echó a
nuestros antepasados, haciéndose transmisor de la cultura musical vernácula, transitando
por el mismo Camino de Santiago, por el que nos vino de Europa y que ahora estamos re-
vitalizando en Asturias con nuestra aportación del Oriente.
Y nada mejor que adentrarnos en su intimidad guiados por la pluma testificadora de su
propio hijo Panchin , quien con maestría, saber y estilo nos expone públicamente aquellas
reflexiones de calidez hogareña, que nos ayudan a mantener la memoria de aquel personaje
ilustre: Pancho Galán Trespalacios, El Gaiteru de Llonín, que desde hoy, “Es profeta en su
tierra”
Vistas al pueblo de Llonín 209