Page 17 - Asturias, Covadonga y su entorno natural
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REAL SITIO DE COVADONGA Covadonga
presto, sin que dejase dicho donde esta- echa a su clerezia et obedesçen
ban”, es lugar común en los informes levanta- et cunplen todas las ordenaçio-
dos sobre Covadonga por prelados y visitado- nes et mandamientos quel obis-
res reales a lo largo de toda la Edad Moderna. po faze”.
Esta ausencia de documentos correspondien-
tes a los primeros siglos de la historia del San-
tuario tendrá importantes consecuencias.
Los obispos, por tanto, y a pesar de que
La historiografía sobre Covadonga, en lo que posteriormente les vaya a ser cuestionada,
a la vida religiosa se refiere y circunscribién- ejercieron siempre la jurisdicción episcopal
donos al largo período medieval, pone de ma- ordinaria sobre Covadonga, con sus corres-
nifiesto –como ya hemos señalado- la existen- pondientes atribuciones como eran, entre
cia de culto en la Cueva a partir del s. VIII, otras, la inspección de la vida canónica y la
atendido por una pequeña comunidad monás- administración de justicia. Pero, poco más sa-
tica, al estilo de las que contemporáneamen- bemos de la actividad que desplegaron en el
te existían en otros lugares de Asturias. Esta Santuario durante este largo período, salvo la
comunidad que con el tiempo, según algunos, generosidad que en ocasiones le dispensaron
pudo observar la regla benedictina, en el s. incorporándole algunos beneficios y diezmos,
XIV se regía ya por la regla de S. Agustín, for- buscando así mitigar su extrema pobreza, mal
mando un colegio de canónigos regulares sin endémico de Covadonga y una de las mayores
que podamos precisar cuándo se produjo el preocupaciones de los prelados posteriores.
cambio del modelo monástico al colegial.
Sin embargo, ya en la primera mitad del s. XVI,
Lo que sí parece claro es que ambas comuni- nos encontramos con que “colaban los bene-
dades estuvieron sujetas a la autoridad de los ficios”, es decir, otorgaban canónicamente
obispos de Oviedo. Si en el primer caso esto es las plazas al abad y canónigos. El primero era
más que probable, pues es opinión generaliza- nombrado por el rey, por lo que la abadía en
da entre los historiadores que los monasterios ese momento era ya de provisión real; los se-
altomedievales asturianos estuvieron sujetos gundos eran nominados por el abad entre sus
a la autoridad del obispo, en el segundo no hay deudos y familiares. Esta doble circunstancia
duda, pues expresamente se reconoce en el evidencia pues que los prelados ovetenses ha-
Libro Becerro de la catedral de Oviedo: bían perdido parte de sus atribuciones sobre
Covadonga. Además las provisiones reales
de la abadía se hacían en clérigos, a quienes
“La abadía de Covadonga es de se les exoneraba de la obligación de celebrar
canónigos reglares pleno jure culto en la colegial e incluso de residir en Co-
vadonga, detentando en ocasiones al mismo
subjeto al obispo. Et el obispo ha tiempo otros beneficios eclesiásticos, algu-
de vesitar et corregir al abbad nos incluso situados hasta fuera de Asturias.
et convento et desque vaca la Mientras que las canonjías al ser proveídas
abadía eligen los monges et el por el abad, éste lo hacía entre sus familia-
obispo confirma. Et viene a los res, manejando a su antojo y en ocasiones
hasta en su propio beneficio las limosnas y
signnados et paga en todos los bienes del Santuario. Por lo que el Santuario
pechos et pedidos quel obispo experimentó en esa época una lamentable
decadencia provocada por el abandono de la
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