Page 15 - Asturias, Covadonga y su entorno natural
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REAL SITIO DE COVADONGA Covadonga
castigo, enviada por el gobernador Munuza La fe cristiana marcó desde entonces el cur-
y comandada por el general Alkamah, hace so del Reino de Asturias. Con la victoria de
que Pelayo guíe a sus gentes hacia el valle Pelayo sobre los musulmanes en Covadonga,
del río Deva, donde se encontraba la Cova- alcanzada bajo la protección de la Madre de
domnica. Allí, invocando la protección divi- Dios, triunfa la cruz sobre la media luna. Con-
na y amparados en las ventajas que la oro- virtiéndose la cruz en el símbolo que aunará
grafía del terreno ofrecía, la angostura del las tribus locales, muy refractarias al sistema
valle que impidió a las huestes agarenas des- administrativo visigótico y escasamente cris-
plegarse debidamente, el desconcierto y el tianizadas, con el linaje godo encarnado en el
pánico creado por el ataque por los flancos “caudillo” Pelayo. Lo acreditan la Cruz de los
y el desconocimiento del terreno, provoca- Ángeles y La Cruz de la Victoria, donadas a
ron la fragmentación del ejercito musulmán la catedral ovetense por los reyes Alfonso II
y una huida en grupos, que fue hábilmente y Alfonso III, cuyos centenarios se acaban de
aprovechada por los seguidores de Pelayo y conmemorar con toda solemnidad en el año
por los cántabros de la zona de Cosgaya para 2008. La primera fue donación del monarca
desbaratarlos. que hizo de Oviedo no sólo sede regia y sede
episcopal, sino también de la capilla palatina,
La Batalla de Covadonga posiblemente no al- denominada hoy Cámara Santa, un importan-
canzó la magnitud militar que le asignan las te centro de peregrinación al instalar en ella
crónicas asturianas, pero ciertamente signifi- el Arca Santa con sus reliquias, procedente
có un momento decisivo para Asturias y para de Jerusalén a través de Toledo. Mientras
España. Pues en Covadonga nacería Asturias que el segundo, donó a la catedral ovetense la
como reino y España como nación, tal como valiosa joya denominada Cruz de la Victoria,
recoge en tono épico una vieja inscripción si- que contiene en su interior la cruz de madera
tuada en la reja de acceso a la Santa Cueva, levantada por Pelayo en Covadonga. Y si la de
donde podemos leer: los Ángeles sirvió como relicario de uso litúr-
gico, la de la Victoria, en clara similitud con
el lábaro constantiniano, fue portada durante
mucho tiempo a las batallas, constituyéndose
“Al nombre de la Madre de inmediatamente en el emblema del nuevo rei-
Dios, entre las rocas, sobre las no cristiano nacido en el norte de la península,
cumbres surgió España”. que buscará “reconquistar” España.
El ideal de la Reconquista se convertiría así
en un modelo político que durante siglos se
Pocos años después, el rey Favila edifica so- proyectará más allá de las montañas de As-
bre un dolmen el templo de la Santa Cruz en turias sobre el resto de la Península Ibérica
Cangas de Onís y en el año 740 tenemos ya ocupada por los musulmanes. Por lo que
noticia de un monasterio en Covadonga. La desde entonces la identificación con la cruz
conciencia de haber contado con la protec- y el mensaje del Crucificado, es decir, con los
ción de la Madre de Dios que marcó profunda- valores cristianos, han configurado la historia
mente a los protagonistas de esta gesta histó- de España. Constituyendo asimismo la cruz, y
rica, explica sobradamente el culto de honra cuanto simboliza, el cauce a través del cual se
y gratitud que desde entonces se le dispensa ha establecido un estrecho nexo de unión de
en la Santa Cueva, corazón del Santuario de España con el resto de Europa. Basta tener
Nuestra Señora de Covadonga. presente la importancia y el sentido identita-
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