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Asturias, Covadonga y su entorno natural
Mientras que en cuanto a la revitalización los efectos que produjo para el Santuario, me-
espiritual, las medidas más indicadas le pa- rece mención especial el obispo D. Bernardo
recían al obispo las de cortar los abusos en Caballero de Paredes (1642-1661), prelado
el nombramiento de los priores, asignar a los muy activo y celosísimo pastor que responde
canónigos tareas muy concretas y lograr la plenamente al modelo episcopal contrarre-
residencia de los abades dentro de Asturias, formista. La acción de este prelado en Cova-
aumentándoles la renta y vinculándolos es- donga fue muy eficaz, pues tomó importantes
trechamente a la catedral ovetense. decisiones que consolidaron plenamente el
Santuario. Nada más llegar a la diócesis ya
Las propuestas del obispo Torre fueron asu- envió un visitador a Covadonga y tres años
midas y desarrolladas por su sucesor D. Juan más tarde (1645) él mismo se presentó en el
Álvarez de Caldas, colaborador de Felipe III Santuario para hacer la Visita en virtud de
en importantes y delicados asuntos y amigo la jurisdicción ordinaria que detentaban sus
de destacados personajes del círculo del mo- predecesores y el Tridentino le otorgaba. Re-
narca con quienes se carteaba familiarmente, sidiendo nada menos que veintinueve días en
quien nada más llegar a la diócesis puso mano Covadonga -hecho insólito para un obispo en
firme en los asuntos de Covadonga. Siendo en una visita pastoral de la época- inspeccionan-
este momento muy estrecha y fecunda la co- do y examinando minuciosamente todas las
laboración entre la mitra ovetense y la Corona cosas y asuntos del Santuario. Revisó papeles,
en torno al Santuario. levantó inventarios, tomó cuentas, nombró
mayordomos y dictó normas precisas para
Pero, si a Felipe III se debió la unión de la regularizar la vida canónica, el culto y la aten-
abadía de S. Julián de Viñón a la de Covadon- ción pastoral de peregrinos y devotos. A él se
ga y la concesión a los abades de la dignidad deben las primeras disposiciones que, bajo el
de personado en la catedral ovetense, garan- título de Orden que se á de guardar en la
tizándoles de este modo rentas y honores, a celebraçion de los Oficçios divinos en la
Felipe IV se le considera el gran impulsor del Real Casa y Santuario de Nra. Señora de
Santuario. Ya que no sólo confirmó las conce- Covadonga, regularizaban el culto y la vida
siones paternas, sino que además anexionó a canónica, constituyendo el único punto de re-
Covadonga varios beneficios eclesiásticos, si- ferencia en la organización canónico-litúrgica
tuados unos en la diócesis de Oviedo (S. Juan del Santuario hasta los Estatutos del año 1773.
de Beleño, S. Cristóbal de Colunga y S. Juan
de Llamas) y otros fuera (beneficio de Sta. Entre las medidas más importantes que adop-
María de Castellanos en la Mota de Toro en la tó estuvo la de construir viviendas para los
diócesis de Zamora y el priorato de S. Nicolás canónigos, pues de este modo se lograría que
del Camino francés en la diócesis de León). residiesen y cumpliesen, sin excusa alguna,
Estas incorporaciones supusieron una impor- las obligaciones canónicas y de culto. Estas
tante inyección económica para el Santuario, casas, situadas en el lugar que llamaban El
que se vio potenciada al añadirle también una Collado, alineadas unas a otras - como están
pensión de mil ducados sobre las rentas epis- las actuales- y provistas del correspondiente
copales de Oviedo y Sevilla, pero reservándo- huerto, establo y pajar, estuvieron en uso du-
se, a partir de entonces la provisión de las ca- rante más de dos siglos.
nonjías. Reserva que acentuó la intervención
de la Corona en Covadonga. En dos nuevas visitas, realizada en 1650 y
otra en 1654, terminó de poner en orden el
Por su estrecha colaboración con el monarca y Santuario obteniendo del monarca la facul-
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