Page 401 - San martín del Rey Aurelio
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la estación de La Oscura, término de la línea, encuentran a Marcelino
            [otro hermano] y su mujer que acaban de llegar de Pravia, y todos
            juntos caminan hacia El Entrego, cruzan el puente de madera sobre
            el Nalón y llegan a la casa de La Laguna, donde les espera la familia
            García-Argüelles, o sea, Onofre rodeada de sus padres, de su her-
            mana, Constancia y de sus hermanos, Sacario y José”. Un viaje que
            Leopoldo Alas ya había realizado en sus años de cortejo, si bien la
            familia de Onofre también pasaba temporadas en su casa del Ovie-
            do antiguo y la pareja, por los veranos, acostumbraba a ir a la playa
            en Candás, dado que, en el concejo de Carreño, concretamente en
            Guimarán, tenía sus raíces el padre del novio.

            Eclesiásticamente, San Martín del Rey Aurelio era todavía una pa-
            rroquia del arciprestazgo de Langreo. Según el Cuadro Sinóptico
            encargado por el Obispo Martínez Vigil, contaba, nueve años más
            tarde, con 850 almas, a las que habría que sumar las 880 de Santa
            María de Blimea y de San Mamés.

            Apenas contraído matrimonio, Onofre y Leopoldo parten para Zara-
            goza, para cuya Universidad, él acababa de ganar la cátedra de Eco-
            nomía Política. Los años siguientes son ciertamente movidos: viaje
            a Andalucía, traslado a la cátedra de Derecho Romano de Oviedo,
            nacimiento de su primer hijo (1883), primer volumen de La Regenta
            y fallecimiento del padre del escritor, hasta semanas antes, alcalde
            de Oviedo (1884).

            Pero la preocupación de Clarín por la cuenca minera es anterior y
            paralela a la de su matrimonio. El Alas de la Extensión Universita-
            ria –que, oficialmente, acaba de cumplir 120 años-; el que se llega a
            obsesionar con la instrucción de la clase trabajadora; el que escri-
            be sobre los trabajos penosos, el que quiere redimir con cultura a
            los más sacrificados de la cadena laboral, conocía bien la situación
            del carbón en Asturias y cómo, justo en aquella época, aunque las
            locomotoras ya transportaban el mineral de nuestras minas, las di-
            ficultades orográficas convertían al carbón inglés en un competidor
            implacable.

            Particularmente, me gusta, en días poco concurridos, caminar por








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