Page 19 - San martín del Rey Aurelio
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La aprobación del PNIC por la entonces Comisión Económica Eu-
            ropea, permitió al Principado de Asturias afrontar el saneamiento
            del Nalón y del Caudal, con colectores paralelos al cauce del río y a
            HUNOSA afrontar los lavaderos de carbón en circuito cerrado. Y se
            obró otro milagro: los ríos negros de volvieron cristalinos. Y rápida-
            mente la recuperación de la flora de ribera y la fauna. Pronto volvi-
            mos a ver las nutrias en el Nalón. Una tarde, apoyada en la barandilla
            del Paseo San Martín, en Sotrondio, observando el río pude ver a un
            Martín pescador afanado en buscar alimento en el río ya saneado.

            Durante bastantes años mantuve actividad profesional y política
            fuera de la Cuenca Minera, pero jamás me mantuve al margen de la
            vida de la zona, de su evolución, de su transformación, de la recon-
            versión minera. Especialmente dura fue la marcha minera del año
            2012. Acompañé en una etapa a pie, en Villalba, a la entrada a Ma-
            drid. Las iniciativas en el Congreso de los Diputados y la etapa final
            de la entrada en Madrid por la noche, de enorme emoción y de or-
            gullo de pertenecer al colectivo de gente luchadora. Ahora toca una
            transición justa hacia un nuevo modelo energético.

            Esté donde esté sigo siendo de la cuenca, de Santa Bárbara, de So-
            trondio, socialmente, culturalmente y en la actitud ante la vida. Sigo
            con la misma rebeldía ante las injusticias, o quizás más porque tengo
            más conocimientos y más argumentos. Sigo siendo la síntesis del
            socialismo aprendido de mi padre y el humanismo cristiano de mi
            madre cultivada en la cultura minera.

            Sigo sintiendo la misma necesidad de ir y, sobre todo estar, en la
            casa familiar de Riocerezal. Es el punto de encuentro y también la
            excusa para mantener viva la obligación de estar allí. Sigo mante-
            niendo la necesidad de respirar ese aire.



















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