Page 15 - Miradores y Pueblos del Concejo de Ponga
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experiencia directa. Y sin embargo, nos es muy necesario disponer de esos conocimientos
y acceder a la comprensión de los variados «sistemas de uso del suelo» que durante siglos
modelaron los ecosistemas y paisajes europeos”.
A pesar de la evidencia irrefutable y la certeza científica que atestigua una evolución conjunta
entre los componentes naturales del medio y los culturales de las comunidades rurales que
lo ocuparon, dieron forma y enriquecieron, en el sentido de hacerlo más diverso, aún no
hemos desarrollado en España los mecanismos, instrumentos y propuestas políticas para
gestionar con inteligencia y viabilidad socioeconómica estos paisajes. No hemos pasado
de manifestar intenciones en este sentido y de alcanzar algunos éxitos parciales, pero
estamos lejos de encontrar la solución pues los territorios de montaña, como Ponga, siguen
despoblándose y el abandono, tanto de tierras como de explotaciones, sigue aumentando.
Se equivocan los que creen que el despoblamiento es una buena noticia para el medio
ambiente y la biodiversidad.
Ponga es un concejo eminentemente forestal en el que los bosques ocupan 8.295 hectáreas,
lo que aproximadamente supone el 40% del total de la superficie municipal. En su mayoría se
corresponden con hayedos y, en menor medida, con robledales albares, rebollares, bosques
mixtos y castañedos.
Cabe mencionar que se encuentra en el concejo un enclave de gran interés botánico
y faunístico, el Bosque de Peloño. Este bosque es uno de los espacios forestales más
emblemáticos y conocidos de Asturias y está compuesto fundamentalmente por un gran
hayedo entre el que se intercala algún pequeño robledal. Su extraordinario estado de
conservación hace que este espacio albergue una gran riqueza faunística.
En lo referente a la fauna, se encuentran en Ponga 12 especies protegidas a nivel regional,
que suponen más de la mitad de las catalogadas para todo el territorio asturiano. Además
se localizan 9 de las 12 especies incluidas en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales
del Principado de Asturias como especies singulares porque existen indicios razonables de
una situación precaria.
Es cierto, por tanto, que el valor estrictamente naturalístico del concejo es sobresaliente, pero
más valor aún, y más importancia histórica, ha tenido la comunidad humana que ha sabido
vivir, e insisto, dar una nueva forma a ese territorio. Sus aprendizajes deben sernos de utilidad
para el futuro pues en estos territorios, el hombre y su cultura local, son las especies más
amenazadas con la extinción.
La Reserva de la Biosfera de Ponga no es un objetivo en sí misma. Su consecución, siendo una
buena noticia, no es el final de un proceso o la meta a la que se quería llegar. Es más bien un
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