Page 352 - Laviana
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nombre y el de Asturias más allá de nuestras fronteras, consiguiendo que nuestra
                 Francisco Trinidad                                                                      región sea algo más que el paisaje neblinoso de nuestras montañas o el recuerdo de

                                                                                                         Covadonga, por citar sólo dos de los tópicos con que se suele identificar a Asturias
                                                                                                         fuera de nuestras fronteras. Afortunadamente, el eco de estos nombres y el título de
                                                                                                         sus obras nos colocan en un concierto diferente, en una órbita distinta y mucho más
                                                                                                         fértil intelectualmente.

                                                                                                         Viniendo ya de lleno a Palacio Valdés, ni de su asturianía ni de su universalidad cabe
                                                                                                         albergar dudas.
        Palacio Valdés, un ‘asturiano universal’                                                         El interesante Epistolario de don Armando que recoge Casimiro Cienfuegos para el

        de Laviana                                                                                       Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, en 1953, con motivo del centenario del
                                                                                                         nacimiento de su autor, se abre con una carta, muy extensa, titulada “El elogio de
                                                                                                         la raza” y dirigida a don Francisco Caveda, fundador de la revista Asturias, y en la
                                                                                                         que Palacio Valdés hace precisamente profesión de asturianía: “Asturias es mi patria
        Puede parecer paradójico el que invoquemos el nombre de Armando Palacio
        Valdés al lado de estos dos epítetos, “asturiano” y “universal”, que a mi parecer, sin           y ha sido siempre mi ilusión. No hay una gota de mi sangre que no sea asturiana”;
                                                                                                         y este espíritu no lo abandonará en ningún momento de su vida y tendrá una gran
        embargo, lo caracterizan de manera definitiva, en cuanto señalan dos de las notas                influencia, como veremos inmediatamente, en su obra novelística.
        distintivas de su vida y de su obra.
                                                                                                         Armando Palacio Valdés nació, como es sabido, en Entralgo, Laviana, el 4 de
        Antes  de  entrar  en  ambos  aspectos,  vida  y  obra,  no  estará  de  más  que  nos           octubre de 1853, hijo de doña Eduarda, natural de Entralgo y con raíces avilesinas, y
        detengamos unos minutos en este doble sintagma, “asturiano universal” que,
        siquiera por eufonía, recuerda al de Clarín, el provinciano universal con que Juan               de don Silverio, abogado ovetense. El matrimonio residía en Avilés, donde su padre
                                                                                                         tenía negocios, razón por la cual a los seis meses de nacido Armandín, se establecen
        Antonio Cabezas titulara su biografía sobre Leopoldo Alas, el amigo íntimo de                    de nuevo en la villa del Adelantado, donde nuestro autor pasará la infancia, con
        nuestro don Armando. Quizás lo de “asturiano universal” referido a Palacio Valdés
        esté tomado de esta evocación de Clarín; y digo quizás porque la primera vez que                 alguna escapada a Entralgo, hasta que a los 12 años se traslada a Oviedo para
        oí tal expresión fue en los labios —o mejor, en la pluma— del recordado profesor                 estudiar el bachillerato y permanece en la capital asturiana, viviendo en casa de
                                                                                                         su abuelo, hasta que el 1 de octubre de 1870 se traslada a Madrid para estudiar la
        americano Brian J. Dendle, que tantos estudios dedicara a nuestro autor. Fue con                 carrera de Derecho.
        motivo del II congreso Internacional sobre Armando Palacio Valdés celebrado en
        Laviana en octubre de 2005; congreso para el que el profesor de Kentucky nos envió               Esta es la vivencia asturiana de Palacio Valdés: diecisiete años de su vida pasados en
        una  ponencia  precisamente  titulada  “Palacio  Valdés,  el  asturiano  universal:  una         Asturias. A partir de ese 1 de octubre de 1870, Armando Palacio Valdés vivirá ya toda
        visión de conjunto”, en la que obviamente se traza una visión de conjunto de la obra             su vida en Madrid, con frecuentes  viajes a Asturias para disfrutar de vacaciones o
        palaciovaldesana, aunque deteniéndose en los pormenores menos visitados y en los                 para participar en eventos familiares o ligados a su actividad literaria, como algunos
        rincones más oscuros de algunas obras.                                                           homenajes. En Madrid participará con todas las consecuencias en la vida literaria
                                                                                                         del momento y en Madrid se establecerá tras su matrimonio con la gijonesa Luisa
        Dos años más tarde, en 2007, elegimos tal expresión para el rótulo general del III               Maximina Prendes Busto y de Madrid hará lugar de referencia durante los 67 años
        Congreso Internacional, que titulábamos “Palacio Valdés, asturiano universal”,                   que median desde su traslado a la capital hasta su muerte.
        haciendo desaparecer el artículo determinado, que, para el título de esta
        colaboración se ha convertido en indeterminado abriendo su abanico semántico                     Y sin embargo, Armando Palacio Valdés no olvida nunca Asturias; una Asturias que
        en un doble sentido: por una parte, nos pone en contacto con el desconocimiento                  parece abandonó en contra del criterio de sus padres, y que él deja con la sensación
        que en las últimas décadas ha envuelto a nuestro autor, mientras que, por otra,                  de haber sido expulsado del Paraíso, según recoge en el último capítulo de su libro
        nos sugiere la existencia de otros asturianos a los que cabría aplicar también la                de memorias La novela de un novelista.
        característica de universalidad.
                                                                                                         Aunque donde los escenarios asturianos tienen un protagonismo obsesivo y fértil es
        Palacio Valdés es uno de estos asturianos universales que, como Jovellanos, como                 en su producción literaria. De sus veintiuna novelas largas, publicadas entre 1881
        Clarín y como algunos otros —se me ocurren a vuela pluma los nombres del Padre                   y 1931, siete están ambientadas en Madrid, por una, respectivamente en Sevilla,
        Feijoo, de Casona, de Pérez de Ayala, de Ángel González…— han llevado su propio                  Valencia, Cádiz y Granada. El resto, es decir, diez de sus novelas, el grueso, pues, de
                                                                                                         su producción narrativa, tiene como escenario literario a Asturias, unas veces con sus



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