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que José sólo cazaba con su vieja escopeta remendada. El Rey le
quiso hacer un regalo y le pidió que eligiera en una armería el arma
que quisiera, pero José no encontró ninguna que mejorase en pun-
tería a la suya y rechazó el regalo.

El Rey quería premiarlo y le dijo que pidiera tres cosas. José solo pidió
munición para él, para Caleao la propiedad del puerto Contorgán
y para Caso el derecho a llevar el ganado a pastar en invierno a la
Marina de Villaviciosa, sin pagar nada por ello y con la obligación de
9 dar siempre cobijo en las ventas y mesones a los casinos que tu-
vieran necesidad de ello. 7

Esta última petición ya la había concedido Juan II en 1447 mediante
“El Privilegio de Caso”, y Carlos IV lo refrendó, como habían hecho
otros reyes desde entonces. José y su esposa Cecilia parece ser que
están enterrados en el tercio medio de la Iglesia, no se sabe exac-
tamente dónde. Un vecino de Caleao todavía conserva la bolsa de
cuero con las bolas de plomo que el cazaorín introducía en el cañón
de su vieja escopeta.

Ante el alarmante deterioro de la Iglesia, en 1995 se creó una Co-
misión pro- restauración y en 2007 surge la Asociación “Amigos de
Santa Cruz la Real” que toma el relevo para seguir velando por su
conservación y restauración. Gracias al empeño de los vecinos, y
con la colaboración de la Consejería y el Arzobispado, se restau-
raron los retablos de la Virgen del Rosario, la Magdalena y varias
imágenes. Después de declarar a la Iglesia BIC en 2014, la Consejería
destinó 170.000 € para renovar la cubierta y restaurar las paredes
exteriores con el resultado de que hay más goteras que cuando los
vecinos la retejaban en sextaferia.

7 En 2016 un visitante de esta Iglesia nos dijo que en Villaviciosa hay una zona que se llama “el mon-
te de los casinos”
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