Page 344 - San martín del Rey Aurelio
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Año 1957. Abre un pabellón dedicado a rehabilitación, que fue pio-
            nero en España y en 1964 la primera unidad para el tratamiento de
            quemados, algo que él persiguió con denuedo como el arma princi-
            pal para combatir los devastadores efectos que históricamente ve-
            nían produciendo en las cuencas mineras las explosiones de grisú.

            Semblanza del doctor José Manuel Antuña Zapico. (Estuvo en el
            Adaro desde 1954 a 1974) “Desde los primeros tiempos me encontré
            con una personalidad médica excepcional que influyó en mi forma-
            ción de manera decisiva; el modo de comportarse ante el enfermo;
            su cariñosa conversación con él, la atención y meticulosidad en la
            exploración clínica, la calma, la tranquilidad, la ausencia de prisas
            le permitían concentrarse totalmente en la búsqueda de un diag-
            nóstico y en la orientación del tratamiento. Nos transmitía a quie-
            nes le rodeábamos la preocupación por el enfermo… Conocía cada
            enfermo por su nombre… La confianza y la entrega del enfermo a
            sus decisiones en cuanto al tratamiento eran casi ilimitadas… tal era
            el inmenso prestigio de que gozaba… reconocimientos justos por
            sus gigantescos merecimientos avalados por una vida entregada
            a la atención de los traumatizados de las minas… El médico es un
            sanador de cuerpos y almas porque don Vicente atendía también
            al espíritu… Muchas veces he pensado que sólo le faltaba la faceta
            teológica para ser sacerdote, tal era su entrega al prójimo, sin días ni
            horas, de día y de noche”.


            Jubilación.
            En el año 1982 con 68 años de edad le toca el turno de jubilación a Don
            Vicente, sin embargo, aún mantuvo su consulta privada otros cinco
            años y en ese tiempo fue nombrado primer presidente de la Sociedad
            Asturiana de Cirugía Ortopédica y Traumatología.


            Pregonero Virgen del Carbayu 1988. Sin duda, yo soy el de menos
            méritos para haber sido designadolangreano de honor y pregonero
            para este año de las fiestas del Carbayu. Agradezco efusivamente
            a la Comisión Organizadora queme ha designado, y muy especial-
            mente al Presidente, magnífico José Miranda Torre También quiero
            agradecer su intervención en tdesignación a mi distinguido amigo
            Marino Gutiérrez Suárez. Mi merecimiento no es otro que el haber








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