Page 274 - San martín del Rey Aurelio
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que, a mediados del siglo pasado, el modelo agrario tradicio-
nal de la zona había dado paso al modelo minero industrial que
conocimos. La proliferación de bocaminas, castilletes metálicos,
puentes, vías férreas o teleféricos cambio las formas de vida de
los habitantes, consolidando así el segundo estadio de la mine-
ría, el que urden los pozos verticales, al sustituir la explotación
superficial de las capas de carbón y la minería de montaña. Es
el momento en que, bajo la política autárquica del régimen fran-
quista, surgen las barriadas mineras, que acogieron a la ingente
cantidad de trabajadores oriundos de otras provincias españolas.
Antes de que la industria minera empezara a sentir síntomas de
asfixia, después de siglo y medio de afanoso laboreo, el inte-
rés por la formación y la cultura de los jóvenes fue en aumento.
¿Moría un mundo? ¿Nacía otro? Las escuelas unitarias, las agru-
paciones escolares, las academias y los colegios multiplicaban
su presencia. Los retoños sotrondinos del baby boom, que así
ha dado en llamarse a los nacidos en el tercer cuarto del siglo
pasado, tuvimos la ocasión de estrenar las aulas del grupo es-
colar de El Serrallo y, dos o tres años más tarde, las del colegio
libre adoptado Santo Tomás de Aquino de El Entrego, que en
1964, y tras la necesaria ampliación, pasaría a llamarse instituto
Virgen de Covadonga, segundo del valle tras el de Sama y uno
de los ocho existentes en la región por aquel entonces. También
abrimos la Biblioteca Pública de Sotrondio y el Polideportivo de
El Entrego. En los hogares de familias mineras, donde hasta en-
tonces apenas habían entrado las novelas de El Coyote o Marcial
Lafuente Estefanía, empezaron a ocupar su lugar Antonio Ma-
chado o Miguel de Unamuno, Albert Camus o Jean-Paul Sartre. Y
las tonadas de música popular asturiana empezaron a alternarse
con The Beatles y The Rolling Stones.
Este Sotrondio del que vengo hablando ya no existe… Puedo
comprobarlo con sorpresa cada vez que regreso a estos lugares.
La carretera carbonera se ha transformado en el Corredor del
Nalón. Las escombreras han dado paso a anodinos polígonos in-
dustriales. En sus prados y huertos de labor proliferan las casas y
los bloques de pisos, en buena medida deshabitados. El Sotron-
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