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todos nos acordamos de esos versos que cantamos en honor de la patrona
de nuestro Principado de Asturias: “Bendita la reina, de nuestra montaña”,
porque aquí también es María bendita, en esta montaña de la Peña Mea.
Como nos relata el evangelista san Lucas, María, cuando se enteró de que
su prima anciana estaba embarazada, fue a prisa a la montaña. Y aquí, en
nuestra querida Peña Mea, podemos decir que se quedó.
Si María fue de prisa a la montaña, ese de prisa nos invita a vivir de una
manera determinada, sin pararnos y entretenernos con cosas que no llevan
a ningún lado sino a ir por nuestra vida con Jesucristo, como iba María a
visitar a Isabel, que iba con el Señor. También nos invita a ser diligentes en
el amor y en el servicio, como ella lo era. Ser la madre del Mesías era lo
más esperado por las mujeres del Antiguo Testamento y ella lo fue con esa
humildad y sencillez que en vez de centrarse en ella, la hizo ponerse al servicio
de los demás, dispuesta para la ayuda sin reclamar atenciones; al contrario,
María se puso a disposición de su prima Isabel.
Bajando hacia el valle protegidos por el manto de tan querida Virgen, nos
encontramos diferentes pueblos y, en la parroquia de san Nicolás de Villoria,
en la campa Felguera, una pequeña ermita, creada a finales de los años 90
del siglo XX en honor al santo patrono de España, Santiago apóstol. Hacia
ella suben caminando el día de la fiesta romeros, como si de una pequeña
Compostela se tratase, venidos desde los pueblos de alrededor, para honrar
y celebrar al apóstol peregrino.
Seguimos descendiendo hasta llegar al río Villoria. Este curso fluvial baja
dejando a su paso el pueblo de Tolivia con su iglesia parroquial dedicada
a san Antonio Abad, hasta que en san Pedro de Villoria se junta con el río
Montán que viene del Meruxal. Pasa cerca de esa ermita tan preciosa
dedicada al santo de Asís, san Francisco. Aunque más tardía, también hay
en la Parroquia una capilla de la esposa del santo madrileño Isidro labrador,
santa María de la Cabeza, que en Migalpiri tienen su ermita. Esta capilla fue
comprada, probablemente, a los marqueses de Quirós por Miguel de Peris,
de ahí el actual nombre que lleva. A ellas suben los devotos a celebrar a sus
santos patrones. En agosto, los fieles se unen para celebrar a santa María
de la Cabeza y en octubre al santo fundador y amante de la naturaleza
Francisco de Asís. Buena idea fue el erigir una capilla en medio de todo ese
entorno tan bello en honor de san Francisco de Asís, ya que fue el sin duda
el santo que cantó las alabanzas a Dios por todas las criaturas y todo lo
creado. No cabe duda de que, si él llegase a conocer este valle, se habría
quedado en él a pasar una buena temporada, porque era de los lugares
que a él le gustaban para encontrarse con Dios por medio de la naturaleza
por Él creada.
Río Villoria abajo, nos encontramos con el pueblo que le da nombre. En él
podemos disfrutar con su iglesia parroquial de fachada románica en la que
encontramos la imagen de nuestra señora de Fátima. Talla, sin duda, a la
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que tendría gran devoción don Ramón, que fue durante 50 años párroco
en esa feligresía de San Nicolás a la que él traería la imagen de la Virgen
que se apareció, además de en Fátima (Portugal), en Ourense, provincia a
la que él pertenecía. Desde el año 2018, en el que se cumplió el centenario
de la aparición de la Virgen en Cova de Iría, se viene celebrando por todo lo
alto, el 13 de mayo al caer la tarde, la fiesta en honor a la Virgen de Fátima.
Se comienza con la celebración de la misa y posteriormente las calles del
pueblo de Villoria se transforman en un santuario en honor de la Virgen María.
Al anochecer, los fieles, con velas en las manos, salen acompañando a la
imagen de la Virgen cantándole y rezándole el rosario por el pueblo, que se
convierte así en una pequeña Fátima. Villoria demuestra así su amor a María
antes de acabar con una pequeña cena compartida.
Casi en la desembocadura del río Villoria, donde se une al Nalón, encontramos
el pueblo de Entralgo, que destaca por su amor y cariño a la Virgen del
Carmen. Además del 16 de julio, cuando toda la Iglesia celebra esta
advocación de María, Entralgo también tiene fiesta el segundo domingo de
agosto, cuando se celebra la fiesta de la Virgen del Carmen. Es sin duda la
cofradía que más cofrades tiene de todas las del concejo y puede alardear
de ser la más antigua en honor a la Virgen del Carmen de toda Asturias,
ya que incluso antes de que hubiera presencia carmelitana en Asturias, en
Entralgo ya había cofradía del Carmen fundada en el año 1726, con un
permiso del provincial de Madrid.
El segundo domingo de agosto es la fiesta más popular de la Virgen del
Carmen en la zona ya que, antiguamente, por causa de las faenas del
campo, los cofrades no podían hacer fiesta el día 16 de julio. Por eso, el
párroco, con mucho celo pastoral, sin quitar este día de fiesta, añadió otra
el segundo domingo de agosto. En esta jornada, la imagen excusadora de
la Virgen del Carmen, que se venera en la sacristía de la parroquia, sale
a bendecir a su pueblo y a encontrarse con sus cofrades, hasta llegar al
final de Entralgo, donde los vecinos de Canzana la esperan con un ramo,
para acompañarla hasta la iglesia y celebrar en la calle la Santa Misa,
dado que dentro de la iglesia parroquial no hay espacio para albergar a
tantos cofrades que vienen a honrar a su querida Virgen del Carmen con el
escapulario puesto sobre el pecho.
Es de reseñar que don Félix Torga, que fue 49 años encargado de esta
feligresía, consiguió que se renovara el privilegio que su Santidad el papa
Paulo V había concedido a esta parroquia para que se ganasen las mismas
indulgencias que pueden ganar los que portan el escapulario carmelitano el
16 de julio. Así, san Juan Pablo II renovó, gracias al celo pastoral de don Félix,
dicho privilegio tan beneficioso para la vida espiritual de los habitantes de
Entralgo y de cuantos forasteros se acercan este día a venerar a la madre
del Carmen.
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