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bazos, molinos, etc). Esos planes, que todos los años lanzaba la
Consejería de Cultura, permitieron la recuperación de un buen
número de hórreos.
El Ayuntamiento también aprovechó esas ayudas y con ellas
rehabilitó muchas fuentes públicas que se encontraban en pésimas
condiciones.
Pero la falta de dotación presupuestaria ha tenido como
consecuencia la paralización de la rehabilitación por parte de
los propietarios y del Ayuntamiento aumentando el deterioro de
aquellos elementos que no habían sido rehabilitados.
Asimismo, el despoblamiento del campo ha supuesto prácticamente
el abandono de una buena parte del patrimonio de edificación
rural dando lugar a un deterioro severo de muchas edificaciones,
sobre todo las más antiguas, que para colmo corresponden a las
de mayor interés de la tipología de edificación tradicional.
El estado ruinoso de esas edificaciones rurales tendrá como
consecuencia su pérdida si no se actúa de forma inmediata sobre
ellas y esto no se logrará sin la ayuda de la Administración a los
propietarios.
En los años 80, época de bonanza económica, se llevaron a cabo
obras de saneamiento integral de varias localidades, pero después
se entró en tiempos de escasez presupuestaria y no se continuó
con el plan.
Las infraestructuras mínimas exigibles a la vivienda son el acceso
rodado y los suministros de agua potable, saneamiento y energía
eléctrica.
Varias localidades del municipio carecen de red general de
saneamiento y a estas alturas únicamente disponen de obsoletos
pozos negros y en algunos casos con la unificación de vertidos
de alguna agrupación de viviendas para finalmente efectuar la
evacuación sin depuración alguna.
Es evidente que se trata de un grave problema que precisa