Page 259 - San martín del Rey Aurelio
P. 259

Enseñanza pública reglada.
            En los primeros tiempos la enseñanza primaria era impartida en es-
            pacios cedidos por particulares o, más frecuentemente, en los pór-
            ticos de las iglesias y capillas. En el ámbito de la parroquia de San
            Martín se utilizó el pórtico de la iglesia parroquial situada en el lugar
            homónimo de San Martín, al lado del cementerio, que fue sede pa-
            rroquial hasta 1934 en que fue destruida durante los sucesos revo-
            lucionarios. En 1840 se constituye la Comisión Local de Instrucción
            Primaria que comienza a girar visitas a las escuelas y el informe de
            la de San Martín dice literalmente: “Se hallaron casi todos presentes:
            veinte niños de seis a doce años de edad; de los cuales ocho escri-
            ben y cuatro cuentan en la primera regla y los restantes leen en los
            libros  de principiante, como  son el  Catón, Espejo,  Cartilla  y otros
            libros cristianos que la costumbre autoriza. No existe otro menaje
            que una mesa y asientos de piedra, en el pórtico de la Iglesia, donde
            se da la escuela. Ningún fondo ni dotación tiene sino la corta retri-
            bución de los padres de los niños, que pagan también los libros y
            demás cosas necesarias”. Madoz en 1845 refiere que “hay escuela de
            primeras letras frecuentada por 60 a 70 niños de ambos sexos cuyos
            padres dan al maestro la retribución convenida”. En este mismo año
            el presupuesto municipal asigna 1000 reales para pagar a los maes-
            tros de primeras letras, 58 para gastos de Instrucción Pública, 30
            para el Boletín de Instrucción Pública y 292 reales con 16 maravedíes
            para dotar una beca en la Escuela Normal de Oviedo.


            Instalaciones.
            Las características generales de las instalaciones escolares de la
            primera época son la enorme dispersión y la ínfima calidad. Un hito
            importante lo supone la asignación por el Ministerio de Instrucción
            Pública en 1907 de 32.977 pesetas para la construcción de escuelas
            en Blimea, Alameda, San Andrés y Cocañín. Téngase en cuenta
            que Alameda era el topónimo de lo que hoy conocemos como
            Sotrondio que pasó a dar nombre a la capital del Concejo cuando
            llega el ferrocarril y así se bautiza la estación. Hasta entonces
            Sotrondio estaba limitado al pequeño barrio en la margen izquierda
            del Nalón que conocemos por La Capilla. Previamente, en 1892, el
            Ayuntamiento acuerda comprar una casa con huerta en La Alameda
            para escuela; curiosamente este topónimo quedó relegado hasta








                                               259
   254   255   256   257   258   259   260   261   262   263   264