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Eventos
Pregón del Certamen del
FCM Queso Gamonéu 2017
Fernando Corral Mestas
Pregonero del Gamonéu 2017
Autoridades
Regreso hoy a Onís con una embajada muy gratificante como
es la de ser pregonero de esta 38 edición del certamen del Queso
Gamonedo. Un honor que me hacen los organizadores y que asu-
mo con mucha emoción, ilusión y responsabilidad.
Quizás he sido excesivamente audaz al aceptar este encargo
pues aunque, como sabéis, mantengo vinculación muy fuerte con
esta tierra, pregonar, o sea, anunciar en alta voz, un evento de se-
mejante importancia como es este del Quesu Gamonéu, requiere
un conocimiento que seguro que otros muchos tendrán más que yo. Aunque también digo
con orgullo que si el conocimiento viene de probarlo desde niño, me siento con la autoridad
suficiente para ello.
Y la tengo, y lo digo bien alto y con orgullo, porque en Gamonéu de Cangas tengo las
raíces familiares por parte materna, y en Bobia de Arriba, por parte paterna. Así que aunque
nací, o debiera decir como Clarín, me nacieron en Oviedo, mis raíces están en esta tierra tan
verde, tan dura y tan hermosa, y he saboreado, seguramente junto a los biberones, el sabor
graso y ahumado del Gamonéu.
No podía apelar más que al profundo sentimiento que está tierra ha grabado en mí desde
niño, y a recuerdos que afloran en mi mente y me retrotraen a mi infancia en casa del Guelu
Frutos y la Guela Manuela, en Bobia Arriba. En esos recuerdos se pinta un lienzo de la Asturias
rural que en los duros años 70 ya daba visos de algo que ahora llamamos “emprendedores”.
Esos recuerdos afloran con gentes arraigadas a su tierra, a sus costumbres y a la gestión diaria
de una economía de supervivencia donde el amanecer hacía sonar la sirena del comienzo del
trabajo, “mecer”, aquí se dice “mecer” , en otros sitios de Asturias es catar la vacas, la huerta,
la explotación de monte, los praos, sin maquinaria, antes se “echaban cargas de verde a llom-
bu o en burru algún privilegiado”, se llenaban las maconas o los zardos de manzanas, ablanas,
o panoyas. En las casas no faltaban los pitos, gallinas, o el “cochu u los coinos”, ejemplo ya de
reciclaje de productos organicos que tan preocupados nos tienen ahora. Las casas muy modes-
tas con los chanclos y las madreñas de la cuadra a la puerta del “estregal” donde se apilaban
los “justes” y maderos con que alimentar el “juevu” del llar o de la cocina de leña con los que
los más avanzados calentaban un pequeño recipiente que contenía el agua caliente del que
se servía la casa. El corredor donde secaban, panoyas, ablanas , cebollas o patatas y el desván
donde se almacenaban durante el invierno.En esas casas nunca faltaban algo común a todas,
el Quesu , que ya entonces no sabían ni que se llamaría Quesu Gamonéu y que la cultura
popular y los mercados y ferias de Benia, Cangas, Corao, Avin se encargarían de bautizar, una
“tayadina de Quesu Gamonéu” era común en todas las casas.
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Quiero expresar en este pregón mi eterno agradecimiento a todos aquellos, Onienses de
pro que en aquellos años de emigración decidieron agarrarse a sus tradiciones para quedarse a
construir un futuro ligado al mundo rural , emprender y poner en valor las tradiciones de esta
zona, para transformar esa economía de subsistencia en verdaderos productos empresariales
que suponen actualmente el sostén del territorio rural asturiano, y unas formas de vida a las
que ya muchos están regresando. El desarrollo del turismo , de la agroalimentación, de lo
ecólogico y lo sostenible son el presente, podemos verlo en la evolución de “ aquellos que se
quedaron “ que ahora son empresarios turísticos de alojamientos, empresarios de agroalimen-
tación e incluso,- el otro día veía por TPA a Cándido Asprón- como maestro quesero y profesor
en un reality de televisión formando a futuros pastores, y esto tenemos que agradecerlo a nues-
tros abuelos , y padres que nos trasmitieron ese “ saber hacer” de generación en generación
para que las tradiciones no se perdieran y hoy en día en Asturias se produzca el mejor queso
del mundo
Por eso estoy hoy aquí para proclamar con la máxima energía y a los cuatro vientos que
Benia de Onís es este fin de semana capital del mundo del queso. Y esta sería razón más que
suficiente para acercarse a este pedacito del paraíso natural asturiano, pero es que además
Benia se llena de actividades paralelas que ya empezaron este jueves con la fiesta de ganado,
siguen con bolos, carrera de montaña y concursos de Perro Pastor, de Oveja Xalda,
Y todo en torno al queso, un queso que para muchos es el mejor del mundo. Un queso
que se fabrica con las mismas técnicas ancestrales siguiendo una tradición milenaria, aunque
adaptadas convenientemente a los usos y requerimientos actuales, sin que pierda, eso sí, ni un
ápice de su esencia.
Es ese carácter artesanal y fuertemente local el que le confiere la autenticidad de la que
goza y que le da tanto prestigio, pero que también supone un riesgo pues hace más difícil su
obtención y exige que haya artesanos que pongan todo su amor en la elaboración de este
queso del que, seguramente, no obtenga el beneficio que se consigue en otras labores genere
aplicando el mismo tiempo y dedicación que a esta. Por eso es tan importante esta fiesta y este
certamen y por eso cada año viene más gente.
Este año en el concurso participan un total de 17 caserías: las cuatro de la variedad del
puertu y trece de la valle. Gane quien gane, todas ellas ponen arte en la elaboración de estas
piezas que son oro, que saben a montaña, a historia, a la belleza de los picos, a las majadas
donde pastan las vacas, las ovejas y las cabras y al trabajo que cuesta elaborarlos. El Gamonéu
es un queso profundo, serio, que trasmite toda la fuerza y el sabor que ha ido acumulando en
su lenta maduración en cuevas alcalinas, con su toque de humedad su temperatura.
Y quiero fijarme ahora en los productores y en el método preciso para su elaboración. En
los pastores que tiene que desarrollar su oficio en un paisaje de espacios abruptos y de mon-
taña donde la agricultura no tiene sitio y si la ganadería.
Quiero reivindicar a los pastores que con su trabajo mantienen este espacio tan maravi-
lloso, bajo la protección del Parque Nacional de los Picos de Europa, que cumple un siglo de
su declaración, entonces solo de la Montaña de Covadonga. Pastores que con la labor que
despliegan son los responsables de mantener este espectacular paisaje.
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