Page 54 - Peñamellera Alta
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nográficas, étnicas y lingüísticas más vinculadas a la asturianía leonesa, que asoma por
Cabrales, que el Bajo, que desde esos mismos puntos de vista absorbe más los aires cánta-
bros, que asoman por Merodio o Escandón. No obstante ambos han pertenecido siempre a
la misma Asturias, unidos por el mismo destino.
Y así como Santillana había sido una carga hasta El Privilegio de Alfonso XI, Abándames,
capital de Peñamellera lo sería comparativamente para el Cueto Alto hasta 1898.
Tanto, que fue famosa aquella reunión del 4 de abril de 1737 llevada a cabo por ganaderos
y pastores de ambos Cuetos, para dirimir derechos de pastizales. Ésta fue sobre el Camino
Real en la Collada divisoria entonces entre Santo Tomás de Llonín y Besnes, que a partir
de entonces tomó el sobrenombre de Pelea. Pues efectivamente de las palabras los reuni-
dos pasaron a los palos y tras la batalla se contaron decenas de heridos y un comienzo de
hostilidades de todo tipo hasta la separación en el siglo XIX.
Mas los aislamientos no son aconsejables, tanto si se necesita ayuda, como si se pretende
expansión. Por eso Peñamellera pasa por un periodo en que paradójicamente pertenece a
“Las Tres Villas de La Costa”. Efectivamente, en los siglos XV y XVI Peñamellera estuvo
unida por compromiso de corregimiento con una de las tres Villas: San Vicente de La Bar-
quera, con la que compartió aportación defensiva, pastos y costas.
Sin embargo se llega al máximo esplendor de su Historia, a partir de la nueva división
de Castilla iniciada en el XVI. Los dos siglos siguientes representarán la madurez de su
personalidad y la demostración del potencial humano, que se vino fraguando durante los
precedentes. Es un periodo en el que cuajó el logro de las grandes familias en Oviedo,
Andalucía y Castilla y principalmente en la extraordinaria competencia demostrada en
cuantas empresas acometieron en América.
Es tanto lo que hay que decir en este sentido, que es necesario comprimir al máximo las
noticias.
Mientras tanto, aquellos pueblos agrícolas y ganaderos seguían en el laboreo ancestral en
sus propios lares, consiguiendo hasta tal punto hacerse notar por la calidad de sus produc-
tos ante las esferas más altas del Estado, que ponen en evidencia la valía de los prohombres
de Peñamellera en relación con la mas elitista sociedad del momento. La pesca del salmón,
por ejemplo, de tanta importancia para su futuro histórico, tiene en el siguiente documento
el mayor de los reclamos para el turismo actual.
Fray Antonio de Guevara, hijo también de las Asturias de Santillana, uno de los más famo-
sos humanistas y escritores de la España entre los siglos XV y XVI, Predicador y Conse-
jero de La Corte de Carlos I, a quien le escribía los discursos, en la Epístola 10 del Libro
I de sus Epístolas Familiares, dirigida al Condestable Don Iñigo de Velasco, hacía unas
reflexiones sobre la brevedad del discurso, poniendo este símil tan halagador para Peña-
mellera: “Acuérdome que en la cuaresma pasada, estando yo con Vuestra Señoría, le pre-
sentaron unos salmones de peña Melera, los cuales loasteis de buenos, y os quejasteis que
eran pequeños, por manera, Señor, que nunca salmón se os hace largo, ni sermón corto”.
Una galería ilustre de personajes del Valle Alto desfila desde el XVI. Puede decirse que los
siglos de Oro XVII y XVIII, han quedado petrificados con sus casonas de ilustre solar por
todo el Concejo del Cueto Alto, superando cualquier comparación en número y calidad. En
la nueva sociedad de la Peñamellera pudiente se va notando ciertas inquietudes culturales,
que cristalizarán a finales del Siglo de Las Luces, porque las familias acaudaladas poseen
nutridas bibliotecas, en las que los aires de renovación filtrados a través de la Frontera del
Bidasoa, no se ven ahogados ante la vigilancia impuesta por la Inquisición en Castilla.
1539-1546 en estos siete años Tristán Calvete, Obispo de la Diócesis recorre Peñamellera.
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