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dejado que se muera, quizás echándole un poco más de culpa de la que
David Hevia Sánchez
Científico/Profesor de Universidad
La Chalana: una visión personal
El verano, es el momento en el que el calendario se llena de alegría y,
rompiendo el monótono curso del año, supone la ocasión de compartir con
nuestros mayores e hijos, con vecinos, forasteros e incluso amigos, el placer
de unos días festivos ganados seguramente a pulso. El Descenso Folclórico
del Nalón se ubica como no podría ser de otra forma en el paso del rio Nalón
por Laviana, descendiendo las embarcaciones desde Puente Arcu hasta
la Chalana. ¿Pero que significa la Chalana para los lavianenses? Hace un
tiempo le preguntaba a mi abuela “Genta la de La Castañal” que era para
ella la Chalana y me decía “para mí era donde iba a moler maíz”. Ella bajaba
cuando era moza y ya no tan moza, con dos burras al molín de La Chalana
y allí gracias a que maquilaban podía hacer uso de él. Aquí los abuelos dan
una lección al nieto y a pesar de existir internet, google y que decimos que
todo está escrito, uno escuchó por primera vez la palabra maquilar. Como
yo desconocía y muchos sabréis era la parte de la molienda que el molinero
se cobraba en especie, era variable dependiendo del lugar (entre el 4-8%)
y lingüísticamente hablando maquilar proviene de maquila que era una
unidad de pesada antigua al igual que la fanega. Al final el significado para
mi abuela de La Chalana era de la posibilidad de terminar el trabajo de la
cosecha y tener así harina para alimentarse (un buen significado).
Preguntándole qué pensaría una generación más arriba, es decir mi
bisabuela, me comentaba que ella lo recordaría como la oportunidad que
tenía de vender los Nisos que los abarrotados nisales de su pumará daban.
Los vendía por docenas en la Coaña a los bañistas que subían caminando
(otra vez un buen significado).
Como los abuelos son muy sabios, le pregunte a mis otros abuelos de Tiraña
“Luisa y Armando” que, que significaba para ellos la Chalana y me dijeron
que allí habían aprendido a nadar media familia. Y así es la Chalana fue
desde hace muchos años hasta desgraciadamente hace unos pocos un sitio
de baño, es decir, una playa fluvial. Ahora que está de moda e intentan
hacerla en Madrid en el Manzanares o en París en el Sena, nosotros hemos
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tiene a la construcción de los embalses a finales de los 70 principios de los 80,
correspondiéndonos a todos un trocito de culpa. Pero hablando de tiempos
mejores, La Chalana por si misma llegó a ser la atracción del valle, por no
decir de la región. En la década de los sesenta y setenta, la gente bajaba
o subía andando por cientos a la Chalana y aquellos que podían tomaban
un carbonero “arrebentau” de gente o un tren desbordado de pasajeros
que iban en la misma dirección. Las madres preparaban unas cestas con la
merienda, donde la tortilla, los filetes empanaos y la ensalidilla rusa seguro que
no faltaba y los guajes se metían en río a buscar regodones, renacuajos o lo
que fuese y ya no salían hasta la hora de irse, donde a regañadientes había
que llevarles a casa. Poco a poco por uno u otro motivo fue disminuyendo
la afluencia de personas a esta hermosa playa fluvial, pero al menos las
personas “de mi quinta”, en los años 90, todavía vivimos el fenómeno del
baño en el prau la Chalana aunque fuese con menos afluencia que en los
magníficos 70 ¿Quién no recuerda esas sandalias azules de plástico, o esos
playeros viejos dedicados únicamente para el baño en la Chalana? Quien
no recuerda a la angustiada madre diciendo:“¡hasta que pasen dos horas
de la comida y no hagas la digestión no puedes bañarte!”
Tras preguntarles a mis abuelos sobre que significaba para ellos la Chalana,
decidí hablar con mis padres. Les pregunté que era para ellos la Chalana y
su respuesta fue “Que te voy decir, La Chalana es donde nos bañábamos de
chavalines, donde el puente, enfrente donde viviste y para que lo sepas el
nombre de La Chalana viene de las barcas que cruzaban el rio”.
Y realmente tenía toda la razón del mundo, La Chalana era donde el puente,
pero claro antes del puente había unas barcas que cruzaban el rio de un
lado a otro. De hecho si buscamos la palabra chalana en el diccionario
de la real academia de la lengua, obtenemos los siguientes significados,
zapato ancho y grande o bien pie grande, esto lógicamente no es en
España, sino en Cuba con quien compartimos idioma, aunque también en
Guatemala Chalana tiene un significado distinto y es un himno irreverente
de los estudiantes universitarios, pero si nos quedamos en España, Chalana ni
tiene que ver con pies ni con himnos sino que Chalana es una “embarcación
menor, de fondo plano, proa aguda y popa cuadrada, que sirve para
transportes en aguas de poco fondo”. Así las chalanas eras barcas y ya lo
explicaba perfectamente el grandísimo escritor Lavianés nacido a escasos
metros de La Chalana “Armando Palacio Valdés”. Así Armando Palacio
Valdés en su “Aldea perdida” nos describe cómo se pasaba el río Nalón
desde Entralgo para ir a Pola de Laviana. “Para comunicarse con la Pola el
pueblo de Entralgo no tenía puente. Se necesitaba subir dos kilómetros arriba
para hallar una de piedra de antiquísima construcción. Y como era molesto
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