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Asturias, Covadonga y su entorno natural
tráfico y auge de compañías navieras, viajes la compañía minera Stolberg. En su entorno
y envíos de productos ultramarinos. Las co- familiar, con tradición en la labranza o en la
nexiones terrestres y marítimas de Asturias explotación de minas, se manifestaban con
servían también a negocios con intereses en fuerza las opciones políticas que batallaban
la minería asturiana y andaluza, para exportar en la ciudad.
minerales a Europa.
Poveda era en 1906 un sacerdote joven
Por entonces llegaba a su tercer centenario de Linares, ciudad andaluza minera.
(1608-1908) la Universidad de Oviedo, una de Su padre, técnico de minas, y su familia,
las diez del país en el siglo XIX. En su ilustre apoyarían al hijo mayor en su vocación
cuadro histórico de catedráticos figuraba fray sacerdotal en cuanto acabó el Bachille-
Benito J. Feijóo que abrió paso al pensamien- rato; ya en el seminario de Jaén enfer-
to de la Ilustración, y entre los estudiantes, el mó el padre, de modo que en adelante
gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, luego hubo de costearse con su trabajo en
político y promotor de proyectos moderni- Guadix (Granada) el final de los estu-
zadores. Oviedo -la Vetusta de la novela de dios eclesiásticos. Allí recibió (1897) la
Clarín La Regenta-, era al inicio del siglo XX ordenación de presbítero, y desempeñó
una referencia clave del despertar cultural de su trabajo en la curia y el seminario;
España, por sus intelectuales del mundo uni- pronto se encaminaría al necesitado
versitario; además, la capital del Principado barrio de las cuevas, que acogió su
de Asturias -título del heredero real- era sede acción educativa y pastoral de 1902 a
de instituciones de gobierno y de bancos, co- 1905.
mercio y moda.
Las escuelas que él creó recibieron a
En la diócesis, al obispo Martínez Vigil -afín a más de 600 niños y niñas y de forma
León XIII en la atención al problema social y simultánea llegaron nuevos avances vi-
en la apertura cultural al mundo moderno- le tales. El reconocimiento que fue dispen-
había sucedido, ya en el papado de Pío X, el sado a su promotor creció en la ciudad
obispo Baztán, centrado en la atención a la también, especialmente entre los jóve-
infancia y al clero en un momento en que se nes; mientras, un círculo de poder ajeno
hacía sentir en la Iglesia europea el influjo de al cambio lanzó un ataque de insidias
la corriente modernista. que frenó en seco tanto dinamismo. A
Poveda, con treinta años, volcados los
Al llegar a Asturias, Poveda conocía de forma últimos con personas inmersas en la
directa el problema social y las carencias de ignorancia y miseria, le golpeó la hos-
instrucción y educación; había mostrado so- tilidad. Convencido de que tenía que de-
bradamente su interés por la formación hu- jar atrás la antiquísima Guadix, hubo
mana y cristiana al alcance de todos. Había de soportar luego más de un año, entre
trabajado, en fin, por el desarrollo personal Granada y Madrid, su propia incerti-
de quienes lo rodearon en el entorno cercano, dumbre. Asturias iba a ser la siguiente
mediante la cultura y al impulso de la fe. estación del camino.
El ambiente minero no le era ajeno a Pove- El Padre Poveda -así lo llamaron en Guadix-
da; desde niño conocía el género de vida de llegó a Asturias en octubre de 1906 y dejó
los obreros de su tierra y el movimiento de atrás a los suyos, los colaboradores en sus
los negocios; su propio padre trabajaba en proyectos. Con tantas adversidades y vista
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