Page 42 - Asturias, Covadonga y su entorno natural
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Asturias, Covadonga y su entorno natural





                                                      Alfonso III, junto a claras alusiones a singu-
                                                      lares  edificios  del  prerrománico  astur  y  a
                                                      elementos simbólicos referidos a la Virgen.
                                                      Completa  esta  decoración  el  antipendio  o
                                                      frontal situado bajo el altar donde, siguien-
                                                      do el estilo figurativo de los beatos medieva-
                                                      les y del Liber Testamentorum ovetense, se
                                                      representa la batalla de Covadonga. Al que
                                                      se suman las dos lámparas que penden so-
                                                      bre el altar, réplicas de las coronas votivas
                                                      del  tesoro  de  Guarrazar.  Unos  y  otros  ele-
                                                      mentos decorativos, que evocan la orfebre-
                                                      ría visigótica, son obra de Juan José García,
                                                      discípulo  del  presbítero  don  Félix  Granda,
                                                      autor de la artística y valiosa Corona de la
                                                      Santina.
                                                      La  cátedra  episcopal,  sostenida  por  dos
                                                      oseznos,  y  la  Capilla-Sagrario,  erigida  en
                                                      sustitución del Camarín de Frassinelli, recor-
                                                      dándonos  las  pequeñas  capillas  románicas
                                                      asturianas, completan las obras realizadas en
                                                      la moderna adecuación de la Sta. Cueva. En
                                                      cuanto a los dos sepulcros que en ella se en-
                                                      cuentran, tal como consta en sus respectivas
                                                      inscripciones, el primero contiene los restos
                                                      de don Pelayo, su esposa Gaudiosa y de su
                                                      hermana,  trasladados  según  la  tradición  de
                                                      la iglesia de Abamia (Corao) en tiempos de
                                                      Alfonso X el Sabio. Mientras que el segundo
                                                      guarda los del rey Alfonso I y su esposa Her-
                                                      mesinda, hija de Pelayo.
                                                      Debajo de la Sta. Cueva, a la que se accede
                                                      por la popular Escalera de la Promesa, ado-
                                                      sada a la pared de la capilla de la Colegiata
                                                      de San Fernando, se encuentra la explana-
                                                      da situada frente al Pozón. En la que, tras
                                                      pasar  por  el  llamado  Parque  del  Príncipe,
                                                      desemboca  el  histórico  camino  de  los  pe-
                                                      regrinos. Desde este lugar se contempla en
                                                      toda su majestuosidad el Monte Auseva y el
                                                      denominado Chorrón de agua que baja de
                                                      la montaña, ofreciéndonos en los meses de
                                                      mayor  caudal  una  singular  y  espectacular
                                                      imagen del Santuario.



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