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El tesón de un grupo de personas que valoraron desde un principio

esta iniciativa, que con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un

símbolo de la Asturias irredenta, turística, cultural y montañera, hizo

realidad que el Mirador del Fito sea hoy un monumento permanente

a la grandiosidad del paisaje de Asturias, centrado en el oriente del

Principado y convirtiéndose en testigo querido de uno de los concejos

más emblemáticos de la región como es el de Parres con su capital

Arriondas.

Cuando vivimos tiempos en los que precisamente la solidaridad y el

empuje común en defensa de los intereses de la tierra brillan por su

ausencia, cuando los políticos, en el poder o en la oposición, apuestan

más por sus ideologías o partidos, tan superada su naftalina a estas

alturas, sacrificando en muchos casos los verdaderos intereses de la

comunidad autónoma, el ejemplo al que ahora tan acertadamente

nos retrotraen los “Amigos de Parres” con la reedición del libro del

doctor Pimentel sobre la construcción del emblemático mirador, hace

que debamos aplaudir tal iniciativa.

No puedo por menos de recordar la primera vez que visité el Mirador

del Fito y que subí a él en circunstancias protocolarias nada fáciles,

por cierto. Fue hace muchos años, no recuerdo la fecha, quizás a

mediados de los 60, con motivo de la visita a Asturias de los entonces

Príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, cuando aún el

hoy Rey emérito de España no ostentaba, ni mucho menos, el título

de Príncipe de Asturias y un militar gallego, casado con asturiana,

era ministro de la Gobernación en uno de los gobiernos de Franco.

Se llamaba Camilo Alonso Vega y estaba casado con la noreñense

Ramona Bustelo. Pues bien, al Mirador del Fito se fueron y al mirador

subieron en olor de multitud, acompañados, creo recordar, por el

entonces gobernador civil de Asturias, un valenciano cabezón y

falangista que se llamaba José Manuel Mateu de Ros.

Era yo, a la sazón, un muy joven plumilla, reportero en palabra moderna

del desaparecido diario "Región", dirigido entonces por uno de los más

carismáticos periodistas de la época, Ricardo Vázquez-Prada, y allí me

enviaron, a cubrir la visita de los Príncipes en el oriente de Asturias,

Mirador del Fito incluido. Lo más grande de aquella jornada fue que

desde el Mirador del Fito, que no ha vuelto a ser visitado por don

Juan Carlos y doña Sofía, la pareja real pudo contemplar la enorme,