Page 25 - Así es Parres, Arriondas. Vuestro tiempo
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de Cofiño– más idílicos y sugerentes de España. Es sin lugar a dudas un
lugar recomendado para quedarse y, si se está de paso, para detenerse
a conocer refrescándose con una botella de sidra. La inquietud cultural
que existe entre sus vecinos se complementa con algunas de las fiestas
típicas –como la del Bollo o la de la Castaña- más famosas de Asturias.
Y tanto interés como la ciudad despierta recorrer sus pueblos, aldeas y
parajes rurales empezando por el Pico Pienzo con las manadas de los
famosos caballos asturcones pastando por sus laderas o el Mirador del
Fito desde el que se contempla el paisaje combinado del mar Cantábrico
y la montaña de los Picos de Europa; el paisaje más espectacular que
el visitante pueda imaginar. El deporte apasionante de adentrarse por
sendas desconocidas entre el verdor de la naturaleza y la conversación
espontánea con algunos de los habitantes que cuidan el ganado, en el
municipio de Parres es único.
Único el deporte a pie sin cronómetro ni rumbo fijo, ligero de equipaje
y guiado por la tentación de descubrir lo desconocido entre las colinas,
los bosques de castaños y praderas sumidas en la neblina. Un deporte
único, pero no el único deporte, el que de manera tentadora ofrece a
pequeños y mayores lanzarse a imitar, en la más pura de las aventuras,
a los grandes campeones del deporte fluvial descendiendo en piragua
el Sella, remando en los remansos del río y esquivando con pericia y
arrojo las fuertes corrientes de los “rabiones” y contemplando al tiempo
las piruetas de los salmones.
Aunque Arriondas y su municipio no están en la costa ni gozan de
la justa atención que merecen en las guías turísticas, las playas más
famosos del litoral, como la Isla o Ribadesella, por citar sólo algunas,
están a muy escasos kilómetros, a muy pocos minutos en coche, al
alcance de una zambullida en el Cantábrico. Desde Arriondas o su
entorno se puede disfrutar plenamente de cuanto el turismo asturiano
brinda en su condición de “Paraiso Natural”. Con una particularidad
añadida, que Arriondas está en el camino a todas partes y que en esa
parada obligada a la que siempre invita lo mismo se puede disfrutar
desde el rio que desde el mar o la montaña.
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